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En estos primeros días se han visto dos tipos de toro y, dos tipos de toreo diferentes. Toros de las ganaderías duras, con el toreo que no llega a la tribuna como espectáculo pero, sí el miedo; y, toros de las ganaderías cómodas, con el toreo de ir y venir con cierta facilidad. Sin embargo, pese a ello, todavía no se cortan orejas en el coso de Las Ventas. Menos público que los días anteriores y, a través de la pantalla chica y, gracias a las repeticiones de algunas partes de las faenas, se ha podido observar a los astados de La Palmosilla, con muy buen trapío, el peso para la plaza de Madrid y, como todas las cosas de la vida, con factores positivos y factores negativos que, en esta ocasión, predominaron para que la tarde y noche sea un tanto aburrida. Curro Diaz al natural El nuevo tipo de toro, de procedencia de Juan Pedro Domecq, parecía ideal para los tres matadores de turno: Curro Díaz, David Fandila “El Fandi” y David Galván pero, poco aportaron para su éxito, tanto que la tarde se fue en vacío. Estos toros fueron: de buen trapío, astifinos, con poca fuerza, nobles, cómodos para el torero, sin fondo; pero, carecieron de trasmisión, falta de emoción, falta de esa sensación de peligro y, falta de ese picante que genera la casta del astado.
Curro Díaz nos demostró sus buenos andares del toreo elegante y poderoso con la muleta en su primer astado; David Fandila “El Fandi” nos hizo ver el poder, estética y gusto con el capote en el primer toro y, en los dos, su excelencia en el segundo tercio con los palitroques; y, David Galván, que llegó al público de Madrid, por su lentitud en la ejecución de las suertes y su elegancia en todo momento.
El resto, aburrimiento en varios niveles pues, todavía la gente que llega al coso de Las Ventas salvo, la tarde de los rejones, cuando se cortaron cuatro orejas y salió en hombros por la puerta grande Diego Ventura; y, la tarde de ayer, la entrega de los toreros ante toros difíciles pero que trasmitían peligro, no puede conseguir todavía lo que espera, un éxito completo.
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