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Algo más de dos horas y media duró el festejo que hacía el número diez del abono, tedio y aburrimiento la primera parte, más por culpa de los toros que de los espadas, salieron por la puerta de chiqueros, seis toros titulares de Puerto de San Lorenzo; muy escasos de fuerzas, teniendo que regresar desandando el camino dos de ellos, el segundo y el tercero por su manifiesta invalidez, siendo sustituidos por dos sobreros, uno del hierro Carmen Segovia, lidiado como quinto y otro de Salvador Domecq en el tercer lugar. Todos con las fuerzas justitas midiendo la arena cada dos por tres, desrrazados y mansos, haciendo ascos a las cabalgaduras, sosos en el último tercio. Con mucha razón el tendido 7 y otros gritaban. Toro, toro. Resumiendo la corrida no valió un pimiento, los ocho “toros” dieron un peso medio de 547 kilos.
Por fin despertó El Cid, tras el naufragio del pasado 17, ante un toro distraído con media casta y muy escasas fuerzas, al que toreó con primor con la mano izquierda. Tanto Miguel Ángel Perera como Daniel Luque, salieron a darlo todo. Perera se fajó y se dejó el vestido hecho jirones y Luque valeroso, pero encimista con ese toreo moderno tan del gusto de los nuevos “aficionados”.
 El sevillano a la verónica El Cid, ante su primero flojo pero con cierta calidad, estuvo como el Guadiana, derechazos por aquí otros por ahí siempre a media alturita para que el animal no mida la arena, con la otra mano que es la suya, nada de nada. Mandó a “Pitinesco” al desolladero de dos pinchazos y una entera hasta las cintas en buen sitio y silencio en los tendidos. Renacieron las distancias y la izquierda de El Cid En su segundo brilló a gran altura con esa mano prodigiosa que tiene, su izquierda, en tres tandas de naturales estupendos, hasta 11 le conté, con auténtico sentimiento, arrastrando la franela por la arena y llevando al toro prendido en la bamba de la muleta, la plaza bullía y el entusiasmo se generalizó por todo el coso venteño; una trinchera y otra trincherilla de esas de escándalo fueron el epílogo de tan magnífica labor. El de Salteras en dos ocasiones se descaró ante los pitones con desplantes toreros, incluso ensayó el teléfono. La olla hervía y había que rematar. Se enfrontilo con la espada, ejecutó la suerte con limpieza, dejando una estocada entera hasta la gamuza que cayó un pelín desprendida, teniendo que utilizar de forma contundente el verduguillo. Pañuelos generalizados y oreja para el esportón.
Miguel Ángel Perera, al serle devuelto el cuatreño titular corrió turno, enfrentándose al primero de su lote que llevaba dos guadañas por pitones y que le avisó por ambos lados, en un descuido, le echó mano muy feamente, teniéndolo a su merced varios segundos que parecieron eternos, menos mal que no hubo percance serio, amén de la taleguilla hecha jirones; la ovación no se hizo esperar; no sé porque ni a cuento de qué el tendido 7 protestó al torero. Antes de entrar a matar, el palco le envió un aviso. Con un pinchazo y una estocada entera arriba mandó a “Cantinero” al otro barrio. Palmas con saludo.
 Perera se dió el segundo arrimón en vaqueros El sobrero de Carmen Segovia estaba justito de presentación eso si con cara pero soso en sus embestidas. Bien estuvo Perera con el capote en los lances de recibo. En el platillo citó de largo con la franela para el pase cambiado, luego fue a más y en buen tono con la diestra mano, hizo el intento con mano zurda, pero “Abrileñito” le aviso por dos veces y ya estaba bien de palizas, su disposición y valentía le valieron las palmas de los parroquianos que casi llenaban las aposentadurías de la plaza; nuevo aviso y pincha con el arma torcida de primeras, para luego dejar una estocada entera arriba. Palmas de la afición.
Manso el sobrero, buscando la puerta de salida fue el primero del lote de Daniel Luque; el marmolillo de nombre “Escorado” y así embistió el de Domecq, escorado, encima punteando los engaños y sin transmisión alguna, obligó al de Gerena a torearlo en cercanías, pero ni por esas le pudo sacar nada aceptable. Mató de dos pinchazos y un tercio de espada y el marmolillo se acostó sin más. Silencio.
 Lo mejor de Luque los lances a la verónica Al que cerró plaza le enjaretó un precioso ramillete y con mucho gusto, unas verónicas cadenciosas con las manos bajas; mi vecino de localidad ¡exclamó! “que bien torea con el capote“. A los medios se fue a brindar la muerte de “Triguero” y sin probaturas, tomó la pañosa con la mano izquierda, pero los naturales fueron a larga distancia, soso estuvo con la otra mano y luego sin ton ni son se puso encimista, destacando sólo el pase de la firma. Entró a matar en la suerte contraria dejando una estocada entera en buen sitio que el bicho acusó y a otra cosa mariposa. Silencio en los tendidos.
Una vez más se simuló la suerte de varas, sin embargo Ignacio Rodríguez destacó en una buena vara en el primer envite del quinto toro. Con los garapullos, destacaron: Palmas para Padilla en el tercero, Alcalareño en el cuarto, Joselito Gutiérrez y Guillermo Barbero pareando muy bien al quinto, teniendo que desmonterarse.
La corrida de mañana con los toros de Garcigrande según nuestras noticias no ha pasado el reconocimiento. Otro baile vergonzoso de corrales. ¿Por qué?… Ustedes ya se lo imaginan.
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