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Este sábado 25 de junio, se llevó a cabo otro homenaje más en honor a ese inmenso torero mexicano como sin lugar a dudas es el gran Silverio Pérez.
El Faraon de Texcoco, acudió al llamado de sus amigos, de las autoridades municipales de su ciudad natal, del pueblo, pero en esta ocasión su querdísima esposa Pachis... no le acompañó, no sabemos por qué, pero deseamos que esté bien.
Por la mañana en punto de las once, el presidente municipal de Texcoco, Higino Martínez, dedicó una palabras como prólogo a la develación de la estatua que deja para la historia, el imborrable recuerdo de un soberbio trincherazo, inmortalizado por el gran escultor mexicano Humberto Peraza.
También se escuchó el agradecimiento de su hijo Silverio Pérez Domínguez, así como los episodios anecdóticos del periodista Jacobo Zabludovsky con el Faraón.
Y tras estas intervenciones teniendo como marco el bonito jardín municipal, volvimos a ver la escultura del gran Silverio, en lo que desde este sábado es ya su nuevo domicilio.
De ahí... rápidamente... nos trasladamos a un festival en el coso texcocano, en el que le quedaron a deber y mucho los toreros actuantes, y fundamentalmente el ganadero de La Estancia, el señor Martínez Vértiz, al haber enviado unos impresentables pequeñajos, para un acto que reconocía a un torero tan emblemático como Silverio Pérez, parte importante de la historia taurina universal.
Al final, todo queda en un breve resumen: Acabaría cortando dos orejas y un rabo Manolo Arruza a un pequeñajo de regalo, mientras que los demás... Jesús Solórzano, Fermín Espinosa hijo y César Alfonso El Calesa, tuvieron aceptable actuación.
Nuevamente tuvimos que desplazarnos con gran rapídez a un bonito restaurante, en donde los amigos como el senador de la República, don Jesús Ortega (quien estuvo en todo este homenaje), el prestigiado periodista don Julio Téllez, Manuel Capetillo padre, la actriz María Victoria, entre tantos que acudimos a estar con tan inmenso torero, escuchamos interpretar por Alejandro Algara ese himno escrito para Silverio por el inolvidable músico poeta, Agustín Lara... el pasodoble a Silverio.
Claro que entre tanta maravillosa interpretación por parte de don Alejandro Algara, no faltó Madrid, Novillero, Noche de Ronda... en fin.
Silverio acabó retirándose en punto de las 5 de la tarde, pero en el ambiente, en las conciencias, después de tanta velocidad que marcó este homenaje, se percibió que todos... toreros, ganaderos, empresarios... autoridades, le quedaron debiendo al gran Silverio Pérez un homenaje que en verdad correspondiera a tan importantísimo personaje, emblema de la Época de Oro del la tauromaquia mexicana y del toreo universal.
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