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Hoy en el callejón, se ha sentido más que nunca el divorcio que existe, entre cierto sector del tendido 7 de la plaza de Madrid, con los profesionales que en el ruedo se encuentran. En especial, con los apoderadores y profesionales que circulan alrededor de los matadores, ya que los comentarios de éstos, hacía ese tendido, iban todos en la linea de querer saber que hacían sus mujeres en casa en esos momentos, o que harían cuando llegaran los maridos a la misma; seguramente según comentarios de ellos, sería dominarlos y someterlos, por lo que cuando estaban en la plaza, se soltaban el pelo, porque luego al llegar a casa, poco menos que se lo iban a cortar. Pamplinas, y nada más que pamplinas; yo lo único que digo, que algunas veces tanto unos como otros, pierden el respeto por completo al adversario, (por llamarlo de alguno manera), y aquí de lo que se trata es de torear y torear bien. Y para eso, tiene que haber un toro, un torero y respeto, mucho respeto por parte de todos. Porque, al final entre los que están borrachos y los que no, la plaza de Madrid, parece un circo, pero además en la parte de los payasos. |
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