En la tradicional corrida del 5 de mayo en Puebla abrieron plaza: Eloy Cavazos, Jorge Gutiérrez y Alejandro Amaya, lidiando un encierro de Reyes Huerta complicado, con falta de casta y fuerza, sobresaliendo el tercero del festejo, ante una buena entrada en la plaza sin llegar al lleno. “Contracara” con 520 kilos, que dio la nota al saltar al callejón de salida, correspondió en primer lugar al matador regiomontano Eloy Cavazos, este no pudo meter en el capote a su enemigo pues era distraido y pasaba tirando derrotes. Para el primer tercio de la lidia el exceso de castigo por parte del piquero dio prologo a una deslucida faena que por la falta de fuerza y clase del toro no pudo ir a más. Eloy en su primer viaje dejó media estocada, doblando el toro después de 5 intentos de descabello y un aviso. Recibió palmas. En su segunda comparecencia Eloy tuvo enfrente a “Benemérito” con 520 kilos, al cual le bordó una faena entrecortada y sin claridad de las embestidas. Mató de una estocada en buena colocación aunque en la suerte fue enganchado por el pitón derecho lo que provocó la preocupación el patio, sin consecuencias. Esto último repercutió en el ánimo del público que se entregó al torero, exigiendo las dos orejas y rabo de su enemigo que el juez sin criterio otorgó. Con 515 kilos, saltó al ruedo “Proyecto” para el hidalguense Jorge Gutiérrez, que no tuvo acoplamiento con su astado en el capote. En el caballo, el toro no empujo y se quedó dormido en el peto. Durante las primeras tandas el toro se rajó y Gutiérrez a base de dejarle la muleta en la cara fabricó series de mérito aunque con el toro pasando con la cara a media altura. Lo mejor de la faena vino cuando en las dos últimas tandas al son de “Que chula es Puebla”, Gutiérrez llevando a su enemigo, a la contraquerencia hilvanó bellos derechazos. Mató con tres cuartos de espada, estocada un poco trasera que fue suficiente para que el astado doblara rápidamente. Con petición mayoritaria de la plaza, el juez concedió un apéndice. “Intolerante” con un peso de 520 kilos, correspondió a Gutiérrez el cual sólo se dedicó a cumplir teniendo tandas interesantes por naturales. Después de tres meti-saca, dos intentos de descabello y un aviso, Jorge Gutiérrez recibió palmas por el esfuerzo. Para el joven Alejandro Amaya correspondió en primer término “Milenario” con 500 kilos, que fue recibido con dos bellas verónicas que vaticinaron una buena faena al mejor del lote. Con tandas derechistas Amaya llevó templado y con buen gusto al de Reyes Huerta que fue noble y entregado en las embestidas, hasta que, Alejandro en un remate se descuidó y fue empitonado rompiéndole la taleguilla. El matador fue conducido a la enfermería pero tan rápido como entró, salió a despachar a su enemigo. En la suerte suprema Amaya metió hasta los gavilanes, lo que provocó la euforia en los tendidos. Esto le valió para que el juez otorgara dos orejas por la faena. Aunque pasó desapercibido el arrastre lento para el toro. Como último de la corrida con 500 kilos salió al ruedo “Biógrafo” que durante los lances de recibo, rodó por la arena lastimándose el cuarto trasero derecho. Esto aunado a la falta de fuerza provocó que el toro cayera en repetidas ocasiones, debido a esto el público solicitó cambiarlo, el juez aguanto la bronca y la protesta se generalizó al grito de “¡fuera, fuera!”. Amaya que era el menos culpable se esforzó pasivamente a llevar al toro a la muleta y optó por tirarse a matar. Después de haber sido pinchado en dos oportunidades y cuatro intentos de descabello el toro se entregó al puntillero. Salieron a hombros Cavazos y Amaya. Es realmente triste para la gente que nos gustan ver las corridas de toros, ir a una plaza y comprobar que muchos “cavacistas” y “villamelones" siguen viendo faenas que no existen, gastando olés en muletazos que no lo merecen y haciendo creer que hubo tarde de verdad torera, donde no la hay. Pero... ¿qué se puede hacer? |