El domingo 17 de abril, pisó el ruedo de la plaza Monumental de Ciudad Juárez, uno de los toreros de más arte que ha dado México para el mundo taurino en los últimos años, Miguel Espinosa Armillita. Con clima placentero y con un poco más de tres cuartos de entrada, se lidiaron seis toros de Arroyo Zarco de buena presencia que en general embistieron bien dejando estar a gusto a los coletas. Miguel Espinosa, negro y oro. Con su primero, el más grande del encierro, con el capote se vio efectivo y le anotamos una media verónica con el sello de la casa. El cornúpeta empujó a los caballos derribando a uno de ellos. En el último tercio, Miguel se notó falto de confianza y lo más destacado fue una serie con la mano derecha mostrando ese arte que nunca ha dejado. La faena fue breve matando de estocada y descabello oyendo algunos silbidos por parte del respetable. A su segundo, un toro castaño, lo toreó bien con el capote y con la muleta realizó la última faena en esta plaza con pases de elegancia y hondura que es característica de la casa Armillita. Muy bien por el lado derecho y tal vez mejor por el izquierdo. Mató de estocada y se le entregaron las dos orejas y el rabo dando varias vueltas al ruedo al compás de las golondrinas. Jorge Gutiérrez, nazareno y oro. Su primer burel salió lastimado de una pata. Jorge lo toreó muy bien con el capote con chicuelitas y verónicas y en un quite por la suerte de chicuelo antiguas. Con la muleta el toro acusó debilidad, tal vez porque se le veía lastimado y Jorge lo toreó con temple y delicadeza por ambos lados oyendo música y palmas del público durante el trasteo muleteril. No pudo matar al primer intento y todo quedó en ovaciones. En su segundo volvió a relucir el toreo del coloso de Tula, ahora sí con un toro que empujó más que su primero y al cual le hizo una faena de calidad toreando por derechazos, naturales, molinetes y adornándose en la cara del cornúpeta. Estocada y dos orejas. Eulalio López Zotoluco, grana y oro. El Zotoluco está pasando por una gran etapa en su carrera, Puede por todo lo que le salga por la puerta de los sustos con faenas de arte y conocimientos. A su primero lo toreó muy bien por ambos lados después de recibirlo con una larga cambiada de rodillas. En el quehacer muleteril se adornó con abaniqueos y desplantes después de torear con mando y reposo por ambos lados. Mala suerte a la hora de matar y todo quedó en una cerrada ovación. Su segundo toro salió haciendo extraños, pero al llegar a la muleta, Eulalio lo enseñó a embestir dando unas magníficas tandas de derechazos. Mató de una estocada exponiendo el físico y se le otorgaron las dos orejas. Los tres toreros salieron a hombros de la plaza. Y hasta la próxima corrida el 29 de mayo para la cual suena el nombre de Uriel Moreno El Zapata. |