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Aunque las estadísticas jamás nos preocuparon, sencillamente porque, ante todo, nuestro objetivo es la verdad; quizás que la nuestra, pero con rigor y objetividad intentar ser ecuánimes y justos. Y, sin embargo, abogábamos fechas atrás por las estadísticas puesto que, de forma sorprendente, el medidor de Alexa nos sitúa como la tercera Web más leída del mundo y, nuestra sorpresa viene dada, sencillamente, por nuestra poca vida en el mundo cibernético; es decir, en apenas nueve meses, hemos logrado mucho más que otros medios de esta índole que llevan varios años en el mundo del periodismo informático. Somos conscientes de lo que estamos haciendo; sabíamos, desde el primer instante que, nuestra verdad y maneras de entender el periodismo, con toda seguridad, calaría en el sentir de los aficionados; bien es verdad que, dichosos de nosotros, no esperábamos tan pronto una contundente respuesta de todos ustedes que, sin lugar a dudas, son la razón de nuestros desvelos y esfuerzos. Uno de nuestros innumerables lectores, en carta amable, nos comparaba, artísticamente, con el toreo bellísimo de Morante de la Puebla. Quizás que, la comparación venia dada puesto que, hace unos meses nadie daba un euro por Morante y, ahora, todo el mundo canta sus glorias y sus gestas artísticas. Convencidos estamos que, respecto a nosotros, ha ocurrido otro tanto de lo mismo. Alguien dijo, tras que hubiéramos nacido, la poca vida que nos auguraban y, pasados pocos meses de nuestra existencia, somos la tercera revista más leída del mundo en cuanto al tema taurino se refiere. Ciertamente nos importa muy poco ser los terceros o los tres mil; lo que si nos llena de satisfacción son las notas que, a diario, nuestros lectores nos hacen llegar, reseñando y ensalzando la labor de un equipo de personas apasionadas que, su único deseo, es la veracidad. Estamos en plena ebullición de la temporada y, a su vez, intentamos por todos los medios transmitirles toda la información que nos es posible; desde todos los confines del mundo, nuestros compañeros se desvelan porque, la noticia, el evento, la crónica o el suceso destacable, tenga cabida en nuestras páginas. Cada día podemos decir que somos más los que trabajamos para todos ustedes; y no es tarea fácil, pues somos muy exigentes con aquellos que quieren ser colaboradores. Pero llegaremos a cubrir, como es nuestro deseo, todas las geografías taurinas. Confesamos que, según la opinión de nuestros lectores, al respecto de la feria de Madrid, fuimos la única Web en el mundo capaz de cubrir dicha feria con tres crónicas distintas; es decir, tres de nuestros hombres, a diario, estaban pendientes de la feria más importante del mundo y, a su vez, otro equipo de colaboradores, velaba armas desde el tendido, el callejón y desde otros lugares de la plaza. Todo un despliegue, además con inmediatez que, para suerte nuestra, nos dio mayor credibilidad ante todos ustedes. Empieza a no ser extraño ocupar el lugar que ahora disfrutamos. Avanza la temporada y, dichosos de nosotros, hemos sido testigos excepcionales de los triunfos de El Cid, de Rincón, Castella, Tejela, Morante y otros muchos; lo hemos visto y, así lo hemos escrito; es decir, así lo hemos contado. Hemos contado los triunfos de las ganaderías y los toros que lo han merecido y, a su vez, como decimos, lo que es censurable, tenemos claro que esa verdad, por dura que haya sido, la hemos expuesto también a nuestros lectores. Nosotros no buscamos la crítica por buscarla, sino como el acicate imprescindible para que las cosas puedan ser corregidas; ahí seguiremos aportando nuestro grano de arena cada día, como un servicio obligado a los aficionados. Obviamente, en nuestro menester, hemos conseguido enemigos porque, sencillamente, nuestra verdad, no ha coincidido con muchas de las personas que, atrapados por los intereses comerciales de su profesión, no han sido capaces de entender que, nuestra libertad, no tiene ninguna clase de precio. Seguiremos con nuestro lema: nuestro compromiso con el aficionado y con la verdad; abogando, justamente, por la causa del toro íntegro y el toreo auténtico, es decir, por esas faenas inolvidables y por esos toros que, por su bravura, han calado en nuestros sentidos y viven perennes en nuestra memoria.
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