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Es una gran oportunidad para los colaboradores de este portal, donde la seriedad y la verdad es lo que priman, poder escribir dando nuestras opiniones. A través de estas líneas el lector podrá sumergirse en los pensamientos de quienes escribimos. Habrá opiniones con las que estén de acuerdo los lectores y visitantes de la web y con otras en total desacuerdo. No pretendemos convencer con nuestras palabras, simplemente dar nuestro punto de vista. Mi primer artículo, y espero que no sea el último que escriba, quisiera dedicarlo a las mujeres que estamos en contacto directo con el mundo de los toros. El machismo sigue acechando como voraz depredador y muchas veces tienes que luchar contra esos problemas. Estando en el siglo XXI, parece que este mundo en concreto va evolucionando a cuentagotas. Quién iba a pensar hace años que una mujer pudiera estar en un callejón realizando el trabajo de fotógrafo o redactor. Hoy día son muchas las féminas que se sientan en el burladero de prensa para desempeñar su trabajo. Y digo trabajo porque es a lo que se dedican, o mejor dicho, nos dedicamos: a ver el desarrollo de la lidia como lo puede hacer cualquier hombre. Aunque la mayoría pueda llegar a pensar que se sientan ahí para estar cerca de los toreros y ver si pueden sacar algo de ellos. Craso error, además de malintencionado. Quien piense en eso está totalmente equivocado. Porque, por esa regla de tres, ¿por qué no pensar eso mismo de los hombres? Simplemente por ser mujeres hay que prejuzgar su profesión?. De lo que no se dan cuenta y les cuesta asumir es que da igual el sexo, lo que importa es el trabajo realizado, o ¿qué piensan? ¿Que las mujeres llegamos a los burladeros para piropear al torero que está lidiando en ese momento? Ese es un pensamiento bastante primitivo. Las mujeres vamos a ver torear, a ver como el diestro lidia un toro desde que aparece por la puerta de chiqueros, si es capaz de vencer a su enemigo, si lo recibe bien con el capote, verlo gallear, realizar los quites oportunos; con la muleta hacer una buena faena y, para terminar de completar la lidia, una buena ejecución de la suerte suprema. Eso es lo que deberían pensar todos cuando ven a una mujer en el burladero. Gracias a Dios no todos llegan a pensar eso -de forma primitiva-, son las mentes más evolucionadas y las que van con los tiempos los que defienden y están de acuerdo con que una mujer ocupe ese burladero. En el siglo XXI no podemos pensar como se hiciera en el siglo XVIII. Con tanto avance tecnológico las mentes no se pueden quedar ancladas en el pasado, hay que dejar a un lado ese machismo y compartir. Evolucionar a todos los niveles. El mundo del toro no debe ser indiferente a la situación actual que se vive en España y en el mundo occidental, donde la mujer ocupa un puesto importante dentro de la sociedad. Ya no sólo desempeñan las tareas del hogar sino que también son capaces de realizar un trabajo profesional. Termino mi opinión con la cita del escritor francés André Maurois: “El trabajo hecho con buena voluntad deja en el que lo ejecuta un margen de libertad”. |
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