La afición es joven. Sí, señores; y si alguien lo duda es porque no nos ven en la plaza. ¿Aficionados sin plaza? Parece raro, pero el tema de la taquilla es muy complicado para quienes estudian o están en su primer trabajo y no pueden permitirse el lujo de acudir a tan soñado festejo. O a lo mejor lo intentan, pero se enfrentan al cartel de “no hay localidades” y a unos cuantos señores que se van por ahí con los bolsillos llenos de entradas con un precio por las nubes. Pues a ahorrar, que también a esto hay que acostumbrase en esta vida. Pero no hablamos de teatro o de conciertos, estamos en el tema taurino y los jóvenes aficionados estamos muy hambrientos de tardes de toros. Las combinaciones de los carteles, las ganaderías, el encanto de las ferias, las ganas de seguir aprendiendo de un mundo que nos está poniendo serios límites… Y plazas que en ocasiones importantes siguen sin llenarse... ¿Los abonos? Un sueño. Son muy pocos los que se reservan para nosotros, teniendo en cuenta la demanda real, que parece ser que es más conveniente ignorar. ¡Mejor guardar las entradas a quien pueda permitírselas al doble de su precio! Y a los amigos del empresario, y del famoso, y del político… Y los estudiantes, ¡que sigan estudiando! No hay que ser mayor para entender de toros, se lo aseguro; al revés, es una gran oportunidad para reunir a generaciones que, para muchos otros asuntos, parecen estar completamente desconectadas. Cada día me enfrento a chicos y chicas que hablan de la Fiesta con entusiasmo y sabiduría, argumentando e intercambiando opiniones. Jóvenes que tienen que conformarse con el sabor de los lamentablemente raros espacios que los medios de comunicación les dedican a los toros. Quien me esté haciendo el honor de leer estas palabras, sabrá lo que para un aficionado representa un festejo, ese sabor a gloria, ese sentimiento puro que despierta una verónica, una trincherilla, un natural que puede durar horas que son segundos... Esa sensación de estar en otro mundo, tan lejos de los problemas. Emociones y cultura que tenemos que cuidar, que difundir. Y para conseguirlo, antes que nada hay que permitir a quienes llevan esta afición en la sangre, a quienes la sienten y la viven que estén ahí, donde el mundo se para: en la plaza. Defender la Fiesta es un asunto muy serio, pero para defenderla de verdad hay también que defender y cuidar a sus jóvenes defensores, ¡que día tras día luchan por ella en el silencio! » …justificado Sé que los cambios no son fáciles de conseguir, pero al mismo tiempo sé que son necesarios cuando persiguen un bien colectivo. Y para concretar una idea que interesa a un colectivo de personas, éstas deben reunirse, implementar una estrategia y emprender una acción común y ordenada. Lógico, estaréis pensando. Sí es verdad, nada más sencillo. Entonces me pregunto: ¿por qué los jóvenes aficionados a los toros siguen fragmentados en multitud de asociaciones y peñas y no han pensado en reunirse a nivel nacional e internacional para expresar en voz alta sus preocupaciones e ideas? A mí no me suena a utopía . Quizás es un empujón lo que hace falta, por eso ahora me encuentro aquí delante de la pantalla, intentando realizar un proyecto fruto de una pasión que -por cierto- une a miles de jóvenes que, como yo, defienden y difunden la cultura de la Fiesta Brava con entusiasmo, transparencia y fuerza. No es una aventura improvisada, un camino sin mapa. Mis consideraciones nacen a raíz de un estudio concreto llevado a cabo observando las inquietudes, las ideas, los deseos que los jóvenes expresamos en gran mayoría a través de blogs y foros de internet, el medio de comunicación más masivo del mundo, pero al mismo tiempo el más obscuro para muchos veteranos de la tauromaquia. Y si no tenemos visibilidad es también porque, como ya he afirmado claramente, localidades en las plazas ocupamos muy pocas. Inquietos y entusiastas, los jóvenes aficionados tenemos un potencial enorme de cara al futuro del mundo taurino, el cual, pese a reconocer la necesidad de comprometerse con constancia en la lucha para la defensa de la Fiesta, prefiere quedarse con el día de hoy y aplazar lo de mañana. Traducido en hechos, esto quiere decir que si ahora la edad media de la gente que ocupa los tendidos supera con generosidad los 40-50, un día no muy lejano esos asientos se quedarán vacíos, suponiendo un desperdicio al que se hubiera podido poner remedio sin necesidad de demasiados recursos. Pero la culpa no es sólo de la actitud de las empresas pues tienen derecho como sociedades mercantiles a ejercer su actividad con fines capitalistas- aunque a veces un poco más de afición no les vendría mal-. El problema nace en nuestra falta de unión porque, lamentablemente, a veces somos tan idealistas que esperamos de la gente que haga lo justo porque sí. Pero es que no, no funciona de esta manera. Si queremos tener voz, salvaguardar nuestra afición, criarla en la plaza – que es donde tiene sus terrenos naturales -debemos dar razones válidas para que el mundillo nos haga el debido caso. El bien que tenemos que perseguir es llegar a ser protagonistas del mundo taurino y no ocasionales actores de reparto. Porque no somos sólo nietos o hijos de aficionados de toda la vida. No somos los aventureros del último minuto. Somos respetables conocedores de la Fiesta, los padres de los aficionados de mañana. Esta es la razón por la que debemos luchar, juntos, porque más allá de nuestro propio interés vive la esperanza de conservar un arte que forma parte de un patrimonio cultural mundial que queremos dejar en herencia a las generaciones futuras, porque sólo puede vivir mientras haya ojos hambrientos como son los nuestros. Por eso ahora estoy aquí, invitando a todos los que comparten mis inquietudes y mis deseos a unirse para dar a luz a una asociación que reúna a todos los jóvenes aficionados que quieran compartir su amor a la Fiesta y luchar juntos para que ésta siga creciendo y para que nosotros sigamos creciendo con ella. Esta carta representa un pase de tanteo, principio de una faena de dos orejas y rabo cuya primera tanda será la organización de una Conferencia internacional en la que participarán jóvenes toreros, empresarios y cuyos protagonistas seremos nosotros, los jóvenes. Será ésta la ocasión para dejar patentes nuestros deseos, nuestras esperanzas, nuestras ideas y, finalmente, dejar claro que ya no somos una minoría, sino una coalición imprescindible para el equilibrio de la Fiesta. De todos y cada uno de nosotros depende el éxito de esta iniciativa. Os animo para que aportéis ideas, consejos y apoyo, escribiendo a la dirección de correo: elembroque@gmail.com, a través de la cual os informaré sobre lugares y fechas de eventos dirigidos a todos vosotros. |