Cuentan que un crítico taurino, de hace ya algunos años, que la tarde del ocho de noviembre de 1911 se disponía a presenciar una corrida en Bilbao donde toreaban Luis Freg y Angel Ramos. Recibió un mensaje telegráfico, de otro escritor taurino, que decía ‘Anoche me avisaron que los toreros serán heridos en la corrida programada. Avísame los resultados del festejo’.
Y así fue, los únicos 4 toros de Salas que se lidiaron aquella tarde hirieron a Freg y Angel Ramos, a un aficionado que bajó de los tendidos con intención de matar a uno de los toros y a dos banderilleros.
La policía suspendió el festejo por hallarse los diestros en la enfermería.
Una premonición de cornadas raras e inexplicables.
Misterio de la fiesta taurómaca.