Nadie protege más y mejor a esa maravillosa especie animal que es toro bravo, que los ganaderos, los toreros, y los aficionados.
Es bueno que lo sepan esos ecologistas que dicen defender a los animales. LOS TOROS, así con mayúsculas, son esos animales que salen a las plazas a luchar y a morir como unos valientes. El toro bravo es un animal salvaje, indómito, luchador, que se crece en el castigo hasta morir. Es aunque no lo parezca, un producto de la inteligencia y del cuidado del hombre, que se esmera desde hace siglos, en criarlos para que conserven esa fiereza salvaje que los hace admirables. Siendo uno de los animales más bonito e impresionante de la creación. Los defensores de los animales tienen la paradoja que a lo largo de la historia, la obra del hombre sobre los animales, ha seguido el sentido opuesto. El hombre ha buscado siempre domesticar a los animales para que le sirvan dócilmente, le ayuden en sus tareas o le proporcionen alimentos. Sin embargo con el toro bravo los ganaderos se dedican desde hace siglos, justo a lo contrario, a no domesticarlos a guardar su bravura y su fiereza, en definitiva toda su esencia. Sin sus criadores hoy no existiría este prodigioso animal. Solo quedarían bueyes, que son estupendos para tirar de los carros para arar y tambien para comérselos.
Desde la antigüedad, el hombre ha visto en los animales cualidades y defectos que ha comparado con las cualidades y defectos humanos. Algunos ejemplos, la inocencia de la paloma, la astucia del zorro, la bondad del cordero, o la ferocidad del lobo. Por eso se puede adjudicar a los animales cualidades humanas. En este sentido, el toro bravo representa algunas de las virtudes más eminentes que podremos encontrar en el género humano.
El coraje, el espíritu de lucha, la nobleza, la valentía y el no rendirse, estas características positivas del toro bravo sería muy bueno que cultiváramos todas las personas.
EL TOREO. Nació de esa fascinación del hombre por un animal que tenia esas cualidades, le llevo a enfrentarse con él para demostrar que tambien el hombre las tenía. A lo largo de los siglos ese enfrentamiento se ha ido dotando de reglas hasta hacer de la corrida de toros un espectáculo, en el que brilla la bravura de los toros y el valor de los toreros, que, además de jugarse la vida tienen que hacerlo respetando unas reglas y tradiciones para buscar que todo lo que ocurre en la plaza sea parte de una obra de arte. El toreo, como todas las Bellas Artes, busca nuestras emociones y como pasa con las demás, no a todo el mundo le emociona lo mismo. Ya sabemos que hay personas que no le gustan la música clásica, la pintura o la escultura. Pero que haya individuos a los que no les gusten los toros, no deben impedirnos a los que si nos gusta que cuidemos y estemos orgullosos de nuestra fiesta, que lleva siglos emocionando, algunos de los más grandes artistas y pensadores, desde Goya—Picasso—Solana—Zuloaga—Saura—Botero y escritores como Ortega—Pérez de Ayala—Marañón—Lorca—Miguel Hernández—o Vargas Llosa entre otros.
La fiesta de los toros está incluida en el Ministerio de Educación y Cultura como Bellas Artes. Todos los años se concede una medalla de Oro al merito en las Bellas Artes. Este galardón se otorga a las personas que hubieran destacado en el campo de la creación artística, o fomentado la enseñanza, el desarrollo y difusión del arte, o la conservación del patrimonio artístico nacional. Entre todos los artistas de diferentes materias, todos los años hay uno premiado que pertenece al mundo de la fiesta de los toros
Para terminar diré que es un arte español, porque el protagonista principal el TORO es totalmente ESPAÑOL. No hay nada más emocionante que la vida y la muerte.