Esta temporada se celebra un aniversario muy importante y son los 175 años de la ganadería de Miura. Al frente Eduardo y Antonio Miura, como grandes patriarcas y herederos del hierro. Según pude leer en una entrevista a Eduardo Miura “cumplimos 175 años como ganadería, algo que es todo un logro y que ha costado mucho llegar al punto donde se encuentra ahora”.

Dicen que es muy difícil que cualquier dedicación o negocio alcance, de una misma familia, tres generaciones seguidas. Pues en Miura esto lo han duplicado, seis generaciones de ganaderos de lidia, en la que conocer los resultados de la selección genética del toro bravo se precisa de muchísimo conocimiento. Por ello, 175 años de una ganadería de lidia en la misma familia y que su pasado de éxito, después media docena de generaciones, es algo casi milagroso. El primer origen de la ganadería, fue hecha por un hombre de los Miura que se dedicaba a hacer sombreros, de ahí viene el origen de este milenario hierro.

El toro que en su origen seleccionaba el primogénito de la familia, difiere bastante del animal que se busca en la actualidad en la ganadería de Zahariche. Ahora se busca el animal con bravura en el tercio de varas y que haga la lidia en un terreno muy reducido, con transmisión en el último tercio. Que al espada le exija estar siempre muy asentado. Pero lo principal es que cuando salga el toro al ruedo, el público sepa catalogarlo como de Miura, estos hermanos siempre han buscado dar un toque de personalidad a los animales que llevan este hierro. Antes no había tantas ganaderías como ahora, ni tanta variedad entre ellas. Un toro para hacer el toreo que se exige actualmente, con esa perfección y templanza, no le viene nada bien el toro de Miura.

Con los altibajos que todas las ganaderías tienen, pero mantener una ganadería dentro de un encaste como es el de Cabrera, muy reducido y en el que es muy complicado refrescar la sangre. Me gusta la personalidad de estos ganaderos, ya que no se pliegan a las exigencias de ciertos toreros o empresarios, ellos envían a cada plaza, los toros que piensan que deben lidiarse. En sus animales solo mandan ellos.

Según palabras de estos ganaderos, un toro bueno se reconoce hasta cuando el torero que le toca en suerte, no haya estaba a su nivel. Con esa circunstancia, el sentir de un ganadero es de orgullo y satisfacción por el comportamiento del animal. Sin embargo yo lo veo también de esta manera, pero si el diestro hubiese entendido y lidiado adecuadamente al animal, el triunfo habría sido completo para todos, una faena excelsa, a un toro excelso. Este pensamiento va en contraposición, a la forma de entender ahora la tauromaquia, en los tiempos que nos toca vivir solo se ve el toro bueno en aquel que ha permitido el lucimiento del espada.

Cuando se le pregunta a los hermanos, sobre como llevan la cruz del toro “Islero” y la tragedia de la muerte de Manolete en Linares. Ellos lo ven como una parte inevitable de la fiesta brava, la vida y la muerte conviven de forma natural y eso es lo que le da sentido a este arte. La muerte es una de las caras de la misma moneda. La parte negativa es que los toreros sienten más reserva para lidiar nuestros toros, la parte positiva es que, pese al trágico historial que nos acompaña, Miura es una ganadería con su nombre grabado en la historia. Sus propietarios también explican que en época pretérita lidiaban más astados que los otros hierros, lo que incrementaba el porcentaje de percances y algunos de estos fueron mortales, como en el caso de El Espartero y Manolete.

Entre los espadas que mas corridas han matado de esta temible ganadería, se encuentran, entre otros, Joselito “El Gallo”, Juan Belmonte, Pepe Luis Vázquez, Manuel Rodríguez “Manolete”, Francisco Ruiz Miguel, “Manili”, Juan José Padilla, Rafael Rubio “Rafaelillo” y Javier Castaño.

Este año para conmemorar sus 175 años, va acudir a citas importantes, Sevilla, Madrid posiblemente con doble comparecencia, Pamplona, regreso a Bilbao y sus plazas habituales en el país galo, Beziers, Arles. Aparte su sobrino Dávila Miura, tal y como hizo hace dos años en Sevilla y el año pasado en Pamplona, este ha decidido anunciarse en el coso de Las Ventas para conmemorar tan emblemática fecha. Esperemos que salga todo bien y deseamos que le queden todavía muchos años de vida, porque realmente los verdaderos aficionados cuando vemos anunciado el hierro de Miura en los carteles, tenemos interés en acudir a verlo.

Muy distendida y placenteroa fue el dialogo que tuve la oportunidad de tener con tan legendarios ganaderos. De estas personas, son con las que verdaderamente se puede conocer en profundidad de nuestra querida tauromaquia. Aparte de los temas expuestos aquí, hubo muchos más que en posteriores artículos os iré mostrando.