¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Pedro Calderón de la Barca
Llevaba razón Calderón de la Barca, la vida es ese ímpetu desproporcionado e irracional de una pasión, es lo que imaginamos, las ideas que en seguida toman forma de anhelos y que después perseguimos incansablemente; la vida, nuestra vida, es eso por lo que estamos dispuestos a darnos, por lo que nos nace el deseo de entregar lo mejor que tenemos dentro; la vida es también morir por lo que se ama, aunque haya días para recordar que no siempre se puede elegir el cómo.
Si tan sólo tenías ocho años Adrián, si lejos de hacerle mal al mundo, le recordaste que los taurinos somos bravos y apasionados de nacimiento; tan pequeño y ya le dabas cátedra al mundo, tu toreo en el hospital no era otra enseñanza que “hasta a los hijos de puta se les pueden sacar pases”.
Leo que te mueres y espontáneamente me sale “puta vida”, porque sin conocerte, me dueles, me puede tu partida como me puede la de todo congénere, saber que la muerte existe no es resignarse, pero qué se le va a hacer si eso es la vida chaval, un momentito.
Me duele tu muerte porque me quedo en este mundo, donde nuestros “iguales” se desean la muerte entre si cuando tu con muchísima menos experiencia que ellos sólo eras un ángel con capote dispuesto a cumplir un sueño, lo lamento, la civilización no ha avanzado tanto en algunas cuestiones; me duele pero ovaciono tu manera de encarnar eso que se llama ser taurino en el mundo, tú fuiste siempre torero, de los grandes, de los que no se amilanan con nada, si hasta Cayetano Rivera te lo reconoció en aquel brindis de Zaragoza donde te dijo: en especial quiero brindar esta faena a Adrian que todavía es un niño pero ya tiene corazón de torero, te vas a curar valiente.
Adrián, eres la faena de la vida, tu lucha, tu fe, tu pasión fue y es la de muchos; verte lidiar semejante toro es una prueba más de que la vida es ese momento donde algo nace, cambia o se extingue. Eres también el toro, el bravo de bandera que pelea hasta el final, eres el toro que todos queríamos indultar, lo merecías, te necesitábamos entre nosotros para mejorarnos.
Queríamos mantenerte en físico cuando en el cielo te tenían preparada una alternativa de postín, te fuiste el mismo día que muchísimos años atrás se fuera Belmonte y Picasso; qué cosa debe ser un padrino revolucionario y un testigo con mirada de toro. Te fuiste como los grandes, vas hacia los grandes. No sé cuántas horas son de Valencia al cielo, pero seguro el viaje sobre el lomo de tauro es plácido, sujétate de las astas valiente. Despierta del sueño y desde las nubes echa un capotazo a todos los que como tú la tierra no les hace mucha justicia. Es sólo un momento, en otro nos reuniremos con la inmensa cuadrilla taurina, hasta entonces.