Ya hemos comenzado el año 2017 y mientras que ya conocemos muchos carteles del país galo al igual que las ganaderías que van a componer las principales ferias, en España parece que seguimos tomando el turrón y durmiendo la sopa boba. Seguro que todos vosotros ya conocéis las principales diferencias de hacer las cosas en su sitio u otro, yo ya lo he podido exponer en algún artículo anterior.
Las comisiones taurinas que regentan los cosos franceses, por ejemplo ya tienen más que pateadas las principales ganaderías, para hacerse con las principales cabezas de camadas, pagándolas por delante. Según se ha podido adelantar las corridas y novilladas de las ganaderías más interesantes van a tener presencia, es el caso de Ceret, Mont de Marsan, Arles, Vic Fezensac, donde van a poder ver hierros tan interesantes como José Escolar, Prieto de la Cal, Miura, etc. En definitiva, todos aquellos que quiere y exige la afición que acude a estas plazas. Esto no quiere decir que en el país vecino no existan también excepciones, como es el caso de Nimes, donde está bajo del monopolio del señorito Simón Casas.
Por el contrario aquí en España de lo máximo que se ha hablado es el doblete en Madrid y Sevilla del hierro de Núñez del Cuvillo. Y después todas las de encastes Domecq, que las tenemos más que vistas y no dan síntomas de recuperar la casta y bravura que se han dejado por el camino, es el caso por ejemplo de Garcigrande, Juan Pedro Domecq, Fuente Ymbro y un sinfín de ellas.
En Francia lo primero que se realiza es definir las ganaderías y que después se apunten los toreros y por el contrario en España se realiza totalmente al revés. Así sucede lo que vemos aquí, que las conocidas como “figuritas” hacen de su capa un sayo y ocurre lo que vemos habitualmente corridas bochornosas de presencia, baile de corrales y sin fin de inválidos lidiándose por los principales cosos.
Una de las cosas, que ya he podido leer, es poder trasladar la idea de las Comisiones Taurinas de Francia a nuestro país. Que realmente los aficionados sean los que manden o por lo menos sean escuchados a la hora de elaborarse los carteles de las ferias. Pero no lo veo del todo claro, ya que pienso que en España la principal gente que acude a los espectáculos taurinos, no son aficionados, sino público de aluvión que únicamente van a pasar la tarde, los aficionados cabemos en los dedos de una mano. También hay que encontrar aficionados que estén dispuestos a luchar contra la burocracia y todos los políticos, para poder implantar sus ideas y forma de concebir la fiesta de los toros, algo que realmente ahora veo imposible.
Como no espabilemos y cambiemos la forma de actuar, este pequeño y humilde aficionado dentro de unos años se va a ver obligado a tener que cruzar la frontera, para poder presenciar una tauromaquia integra, sin ningún tipo de fraude ni manipulación.