En este año nuevo todos queremos que se produzcan los cambios que deseamos, sin embargo muchos de ellos dependen de otros. Los taurinos, para los adicionados, todos dependen de que se pongan las pilas los que viven de ello, a los que suele llamarse profesionales.
Y qué queremos que hagan estos profesionales, es muy sencillo. Para empezar es necesario que la fiesta recupere su integridad, su autenticidad. Posiblemente parezca un piropo para OyT, casa a la que escribo y que dejan escribir a los aficionados, pues de siempre han defendido eso del 'toro íntegro y toreo auténtico, pero es que esa es la mayor carencia que se da en el espectáculo actual.
Y para que todo eso sea viable la oportunidad, de oro, pasa porque en Las Ventas, con nueva empresa, se ponga en práctica un 'modelo de buenas prácticas' -podríamos llamarlo así como hace el gobierno-. Si en la cátedra de Madrid se diera ejemplo permanente, ello inundaría el mundo taurino, haciendo que desde cualquier lugar se exigiera ese mismo modelo auténtico de espectáculo.
Simón Casas y Las Ventas tienen la clave para que esto tire para delante o para atrás. De esa empresa depende buena parte del futuro, no podemos dar más pasos de retroceso. La fiesta necesita defenderse por si sola de los ataques que se reciben y no hay mejor defensa que la autenticidad.
Las muertes el pasado año de algunos toreros puso de manifiesto que eso es precisamente, esa verdad, la que nos hace sentirnos orgullosos de este espectáculo lleno de valores. No deseamos las muertes, pero sí que no haya ni una mínima sospecha de ventaja en cuanto se realiza en el ruedo y sus alrededores.
Las Ventas es la clave. Si ahí se aplica el código de buenas prácticas, será la manera de se pueda contagiar al resto de plazas y aficiones. La afición de Madrid debe estar muy atenta a ese obligado cumplimiento.