La tarde en la que salimos más ilusionados y emocionados del coso, fue sin duda el pasado 13 de abril que quedara en la memoria de todos y para los anales de la historia de la taurina. Habías visto el segundo indulto en la plaza de toros de Sevilla. Salió el magistral toro llamado “Cobradiezmos” de la ganadería de Victorino Martin, un animal que tenía muchísima casta y raza, repitiendo en los engaños, con el hocico siempre por el suelo. Después podrá discutirse si fue un animal de indulto o no, pero lo que no se puede negar es que un toro que puso los pelos de punta a todos los asistentes. Algunos discuten que debió de ser puesto una tercera vez frente a los del castoreño, cosa que yo defiendo, tardaremos mucho en ver un toro tan bravo como este. Si se compara este indulto, con el toro Arrojado este último fue lamentable, como ya lo comentamos en su tiempo. “Cobradiezmos” le tocó en suerte al diestro sevillano Manuel Escribano, que lo pudo medio aprovechar y dejar lances de cierta calidad, haciéndole muy bien las cosas. Otro diestro que esta tarde dejó un buen gusto, aunque fue un poco silenciado por la repercusión que tuvo el acontecimiento del indulto, fue el murciano Paco Ureña. El espada murciano compuso una gran actuación a sus dos oponentes, dio naturales que pudieron llegar a entrar entre los mejores de todo el serial, sobre todo ante el tercero de la tarde.

El peso del abono este año en el coso hispalense lo llevaba el diestro de la Puebla del Río, José Antonio Morante de la Puebla, que se ha acartelado a lo largo de cinco tardes, todavía le queda una en la Feria de San Miguel. Creó una gran expectación en los aficionados, que llevaban sin verle dos años por esta tierra. No se si pudo ser por el peso que tenia o porque ninguno de sus oponentes le acompañó, en sus tres primeras actuaciones se fue silenciado. Incluso fue emborronado el Domingo de Resurrección donde después de dejar una faena que tuvo cierto gusto, pero no fue capaz de matarlo, llegando a escuchar los tres avisos presidenciales. Pero con espadas como este, nunca se puede perder la fe y hubo que esperar hasta el último toro, cuando consiguió deleitarnos, con una faena de muchísimo gusto y torería, haciéndonos retroceder en el tiempo. Ya se que al animal que le tocó en suerte, le faltó mucha más casta y raza, pero tuvo mérito que el diestro pusiera todo lo que le faltaba a la res, para ver tal obra de arte. Lo que si que no podemos reprocharle a Morante, es que a lo largo de toca la feria, lo estuvo intentando, con mejores o peores resultados.

Otros espadas que también salieron con premios fue el madrileño Julián López “El Juli” en un concepto muy poderoso al que nos tiene acostumbrado, pero que lamentablemente no vemos en su plenitud por los hierros que siempre desea torear. Y los jóvenes valores como el madrileño Alberto López Simón que dejo buenas faenas en las tardes en las que actuó y el peruano Andrés Roca Rey que tuvo un derroche de entrega y valor.

Los puntos negros del abono, en lo referente a los espadas, son el alicantino José María Manzanares, al que la afición sevillana de manera que yo todavía no entiendo, lo tiene idolatrado. En su última tarde, se le fue un lote de Núñez del Cuvillo, que era de Puerta del Príncipe. Le salió un quinto toro que tuvo cierta castita y raza, pero tampoco para tirar cohetes, a pesar de ello Manzanares estuvo completamente desbordado y en ocasiones se le vio un poco a merced del animal. Tampoco merece mayor comentario la Puerta del Príncipe de Juan José Padilla y la actuación lamentable esta tarde del público sevillano, pidiendo orejas sin ningún tipo de sentido ni criterio.

También por mucho que me duela, debemos de decir que el espada de Salteras, Manuel Jesús “El Cid” ya no está para hacerle doblete en este abono, se le fue un buen animal de Daniel Ruiz y ante la corrida de Victorino Martin no lo vio nada claro. Esperábamos volver al mejor Cid, que tanto nos ha hecho disfrutar, con su enorme mano izquierda, pero cada vez lo veo más complicado.

Digno es a destacar el gesto del leonés Javier Castaño, que después de superar un cáncer, en silencio sin que nadie tuviera noticia de ello, Decidió reaparecer en Sevilla y ante toda una corrida de Miura. Debo de reconocer de corazón, que uno de los momentos más emotivos de la feria, fue la enorme ovación que le propinaron incluso los profesionales, al romper el paseíllo, ponían los pelos de punta.

En el aspecto ganadero, ha sido verdaderamente lamentable, dejando a un lado el gran “Cobradiezmos”. No hubo ninguna corrida completa en su conjunto, es verdad que si presenciamos toros aislados de Daniel Ruiz, El Pilar o Núñez del Cuvillo, pero ninguno de ellos fue completo en todos los tercios. Una cosa a destacar son los lamentables tercios de varas, que hemos presenciado, siendo complacientes las personas que subían a los palcos, cambiado el tercio en muchos de ellos, con dos picotazos miserables. También la presentación de muchos de los animales, dejaron bastante que desear.

Una cosa que me gustaría, es que al igual que se han abierto el abanico de los carteles a los espadas jóvenes, también se debe abrir el abanico de ganaderías, pudiendo llegar a ver diferentes encastes. Lo que no es posible, es que a lo largo de toda la feria, salvo la de Victorino Martin o la de Miura, el resto son todas de encaste Domecq. ¿Dónde han quedado encastes como Núñez, Atanasio Fernández, Santa Coloma, ect?. Con feria así nos cargamos el campo bravo, con la desaparición de muchos hierros legendarios.

Ya para finalizar nos gustaría comentar si la gente ha respondido a la feria, de cómo el empresario Ramón Valencia catalogó como “la feria más cara que había organizado”. Lamentablemente el número de abonados, no ha aumentado, cosa que nos hace cuestionarnos muchos aspectos. En la semana de prefería las entradas, han sido muy bajas, incluso en los carteles donde se tenía más esperanza como el mano a mano del espada francés Sebastián Castella y el madrileño Alberto López Simón. Después en la semana grande, ha acudido más gentes, pero tampoco se ha conseguido esos reventones que hace no mucho se veía a lo largo de los siete días. En esta feria únicamente se han puesto tres no hay billetes, curiosamente en todas ellas aparecía acartelado el sevillano Morante de la Puebla.

La semana pasada, el empresario Ramón Valencia hizo un comentario que nos llegó a todos al alma “en muchas de las tardes, me hubiera sido más rentable suspender el festejo pagando el segundo, ya que la asistencia era muy baja”. Yo lo que le recomendaría a Ramón, es que revisara los precios que tienen las localidades, lo que no puede ser es que exijan pagar 40 o 50 euros, por una grada de sol. Con cosas como estas, son por las que la gente no responde en taquilla.

En definitiva una feria con bastantes luces y sombra, pero que pasara a la historia, por el gran toro de Victorino Martin “Cobradiezmos".