Cuenta un conocido chistorete mexicano, de un señor que tenía un puesto de deliciosos tacos afuera de la iglesia. Todos los domingos se dedicaba a vender sus suculentos antojitos para beneplácito de los asistentes al templo. En cierta ocasión, un caballero, sale de misa y le dice al pequeño comerciante.
-Voy a tener una fiesta en casa y me gustaría comprarle todos los tacos mi amigo-
-Eso no puede ser -contestó el vendedor de antojitos mexicanos-
-Porqué? preguntó el cliente-
-Pues, porque si le doy los tacos, después, qué vendo?-
Y este detalle, no necesariamente los tacos, nos hace pensar en la actitud de algunas empresas taurinas en que en lugar de anunciar y dar difusión a las próximas corridas, todo queda en misterio que se resolverá poco antes de llevar a cabo el festejo. Cierta empresa, de cuyo nombre no quiero acordarme, ya dio las fechas en que se darán las corridas en ciudad frontera con Estados Unidos… pero los carteles? Pregunta la gente… En España se anuncian las ferias taurinas con anticipación para que el aficionado seleccione los festejos que desea ver y haga preparativos con tiempo. Claro, no faltará alguien que diga que las condiciones son poco diferentes a las de México, pero eso no da razón para que no se haga difusión con tiempo, a las próximas corridas a celebrarse. Que pasaría si se anunciaran atractivos carteles con tiempo? ...como el simpático taquero, pero en este caso hablando de boletos… si los vendemos todos… luego que vendemos?
Para pensar la lección del jocoso chascarrillo.