|
Estamos llegando a los meses finales del presente año pero, cuando terminan las ferias en España y Francia, porque ya mismo se inicia la época invernal en Europa, en la mitad del mundo, donde no existen las cuatro estaciones y, prácticamente, uno pasa todo el año en una “eterna primavera”, comienzan las ferias taurinas en el continente sudamericano, o sea, en Perú, Colombia, Venezuela y, este maravilloso país como es Ecuador. Ya que, aunque la malhadada consulta popular del “Gobierno Socialista del Siglo XXI”, lamentablemente, hizo que desaparezca la feria taurina “Señor del Gran Poder” que se realizaba a fines de noviembre y la primera semana de diciembre y, era considerada como “la mejor feria de América” en los cincuenta años que duró su vigencia, como en 98 de los 210 cantones que tiene el país, ganó el NO en la pregunta No 8 y sí es posible efectuar festejos a la usanza española en ellos, la actividad taurina continúa y, cada semana aparecen nuevos festejos con distintos organizadores y, en lugares que antes no se conocían como realmente taurinos.
Se han incrementado los festejos en lugares donde toda la vida han sido taurinos, como Latacunga, Riobamba, San Miguel de Bolívar, Valencia (en la provincia costeña de Los Ríos), Salcedo, Tambillo y, pocos pero siempre en la misma época de carnaval en la ciudad de Ambato. Y, si además de ello, en forma privada se cumplen con temporadas muy interesantes, con la participación de muchos toreros y novilleros ecuatorianos que no tienen oportunidades, así como, los aficionados prácticos, sumarían muchos festejos que se pueden presenciar en todo el país, aunque para poder hacerlo, se requiere ser más conocido por los organizadores para poder recibir una invitación, ya que ahora, solo podemos buscar las noticias con los resultados, para poner en conocimiento de todos los aficionados taurinos del mundo taurino.
Quiero ser muy claro en mi opinión para evitar comentarios equivocados. Estoy hablando de los lugares donde se mata al toro en la arena pues, sí existen temporadas pequeñas de festejos taurinos, donde por la misma malhadada consulta popular, no se pueden matar a los astados. Eso lo realizo, ya que, yo estoy seguro que para que se cumplan los cánones taurinos, tienen que ser los festejos donde existan los tres tercios de la lidia. Por esa razón, no he dedicado mi opinión a ferias sin muerte del toro, como se lo realizan –por ejemplo- en la plaza Belmonte, en la ciudad de Quito.
El matador de toros ecuatoriano Guillermo Albán, que además, es propietario de una plaza portátil, que tiene una capacidad de unos tres mil escaños, organiza durante el año, festejos en distintos lugares del país, donde se pueden realizar a la usanza española. En algunos festejos interviene también como matador de toros y, en otros, como es el caso de Valencia a comienzos de octubre, solo cumple las veces de organizador. En igual forma, otro matador de toros, aunque este no en activo, José Luis Cobo, que también es ganadero de reses bravas, organiza para estos meses, extraordinarias corridas, con figuras del toreo español y francés, en la ciudad de Latacunga.
Y, la empresa Tauro Producciones, que dirige Don Patricio García, continúa realizando festejos en la hermosa placita de la ciudad de Riobamba, donde los aficionados desean mirar, cada vez más, corridas de toros y novilladas, como ellos mismo dicen, “ojalá pudiera ser durante todo el año”. Sin embargo, creo que son los grupos que más actividad cumplen durante los doce meses de cada año, para que de ninguna manera, se muera la afición a la mejor de las fiestas, la fiesta brava, ya que, los jóvenes que gracias a Dios no han sido mal influenciados por los políticos mafiosos de izquierda, desean que la fiesta brava continúe y, para ello, aunque será motivo de otro comentario mío en los próximos días, les comunico que en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador en la ciudad capital, han formado un club taurino, que ha tenido una gran acogida en la juventud universitaria. Creo yo, que es la mejor forma, de demostrar, que pese a la serie de oposiciones de los animalistas y los pésimos, mediocres y torpes políticos, nadie podrá permitir siquiera, que los taurinos nunca dejaremos de pelear, mientras las fuerzas aguanten, con toda la inteligencia que, ventajosamente, siempre hemos tenido los amantes del toro bravo, porque eso es una satisfacción artística personal, que no podemos perderla. Confiemos que así sea.
|
|