Pongamos las cosas en perspectiva, la Fiesta ha logrado trascender a lo largo de los siglos por una sola cosa: ¡EL TORO BRAVO! Ahora hagamos un examen de conciencia, ¿es el toro bravo el eje de la fiesta en la actualidad? ¿se le trata con dignidad y respeto? ¿Cuando voy a la plaza solo me fijo en los toreros sin importar la ganadería?

La Fiesta de los toros es el único espectáculo que podría llamarse democrático, donde los asistentes influyen directamente en el resultado del festejo, el pagar un boleto nos da el derecho a expresar nuestro veredicto, pero al mismo tiempo tenemos la obligación de conocer los cánones que rigen el espectáculo, mal andamos si nuestro "sensei" es el palabrero que narra las corridas en la tele, o el chayotero de algún portal que ensalza las "gestas" de nuestra "figura" favorita; se puede picar con la leona, pero ay de aquel que niegue los trofeos a mi "figura" después de un "faenón" a un toro sin alma...

Dejémonos de lamentos y afrontemos las consecuencias, lo que está pasando en México y en otras partes del mundo taurino, es debido a la denigración de la esencia de la Fiesta por parte de los vividores bajo el auspicio de una galería indocta, bullanguera y conformista; una Fiesta íntegra, que gira en torno al auténtico toro bravo, se defiende sola, ahí tienen como ejemplo las plazas francesas. Así que si ves las barbas de tu vecino cortar...