Lamentablemente, la pérdida en la consulta en el cantón Quito de la pregunta No 8, eliminó a la “Feria Jesús del Gran Poder” que, por si sola, significaba la mayoría de la actividad taurina en el país. Y, como es lógico, fue el corte de la mayoría de la fiesta brava en este hermoso país andino. ¿Ha salido de ese marasmo la fiesta del toro bravo en Ecuador?, creo que no. Por lo menos, no en la magnitud de la pérdida pues, gracias a verdaderos aficionados taurinos como los matadores de toros ecuatorianos José Luis Cobo –quien demás es ganadero y empresario-, Guillermo Albán, torero en actividad, Mariano Cruz –matador de hace muchos años atrás- y, Don Patricio García empresario de la plaza de Riobamba, que cada año buscan la forma de brindar a los miles de aficionados taurinos ecuatorianos, lo que más nos gusta: festejos taurinos a la usanza española y, pueden haber muchos más, cuyo nombre no lo conozco. Es así que, hubo como disfrutar las corridas en Latacunga, Riobamba y Machachi, en este fin de año.

Lo cierto es que a ellos hay que agradecer por la actividad que todavía tenemos en algunos cantones del país. Sin embargo, es lógico pensar que, comparativamente, es poco lo que se puede brindar en esta maravillosa tierra ecuatoriana. Por ello, creo que es necesario, puntualizar algunos aspectos que, en otros países del orbe taurino mundial, generan mayor dicha o desdicha, dependiendo como lo miren los aficionados. Para poder aclarar lo que deseo exponer es, lo siguiente: se habla del toro de lidia y, en muchos lugares se habla del peso y del volumen. Para mí, lo más importante es la bravura, ya que, el toreo se lo realiza en mi querido país en lugares de altura (2.800 msnm de promedio) y, en esos lugares el toro que no se queda y que tiene todas sus características morfológicas indispensables para dar dura lucha, debe tener un peso promedio de 480 kilos. Eso sí, se debe exigir la limpieza de sus pitones. Nadie debe tocarlos, ni siquiera con la mente. Y, dentro de esos parámetros, si existen astados con bravura y presencia suficiente, para disfrutar del “toreo del bueno con toros íntegros”.

También en el país tenemos astados de ganaderías “llamadas duras” y, otros astados que son los preferidos por la figuras pero, eso sí, con cierto picante, lo que les da un poco más de categoría. Al momento, se pelean por ser la sede de la tauromaquia ecuatoriana cuatro plazas: la de Latacunga, Ambato, Riobamba y Machachi. Sin olvidarnos de una plaza pequeña pero que tiene mucha actividad, como la de Valencia, ubicada en la costa ecuatoriana. Por esa razón, en este año se ha incrementado el número de festejos de primer orden en cada una de estas localidades. Sin embargo, el problema parece ser otro. Cuando existía la feria de Quito, la mayoría de los aficionados (entre ellos los periodistas taurinos), viven en la capital de todos los ecuatorianos y, al parecer, les “dio pereza” ahora que tienen que desplazarse hacia otros sectores de este pequeño país y, como también es lógico, existe la necesidad de crear poco a poco, a una nueva y joven afición. Confiemos que, igualmente, también aparezcan jóvenes periodistas taurinos.

Al terminar este año, deseo primero desear a todos los aficionados de “hueso colorado ecuatorianos” y, a los aficionados taurinos de todo el mundo, lo mejor de lo mejor junto a cada una de sus familias, una feliz navidad y un próspero año 2015. Confiando, eso sí, en que sea un año donde la mediocridad de muchas gentes desaparezca o disminuya por lo menos y, con mejores y nuevas ideas, el mundo del toro bravo, sea mejor y no lo contrario. Finalmente, el mismo deseo pero, con creces, para todos mis compañeros de OyT que, me han permitido por nueve años de los diez que tiene el Portal , compartir con ellos lo poco que puedo brindarles con mi pluma y, que por el contrario, para mí ha sido un aprender día a día, de sus valiosas enseñanzas. Felicidades.