Después de cantar el 'pobre de mí', que duda cabe, que ya hemos cruzado el ecuador de la temporada taurina peninsular y siendo un poco presumido, me atrevo a hacer un balance de lo que hasta ahora puede interesar a aficionados de ambos lados del atlántico.
Castellón por ser la que abre fuegos, Valencia, Sevilla, Madrid y ahora Pamplona por su importancia, sin olvidar Granada y Alicante, ya pueden ser el termómetro con el cual medir más o menos acertadamente el estado de nuestra fiesta.
Siendo el toro, el principal ingrediente de este espectáculo, es obligado comenzar planteando nuestra preocupación. se está perdiendo la casta. El toro no se mueve, no para a la gente de su silla.
Las mal llamadas ganaderías duras no pasan de ser unas bueyadas que aburren a más no poder. Es aberrante ver a toreros ya matriculados allí, defendiéndose o tratando de salir del paso con semejantes lápidas. Y así pedimos a gritos acabar con el monopolio del monoencaste. No lo defiendo ojo; pero es que la respuesta de los “diversos” es de llorar.
Quizá visto lo visto de Jandilla, algunos de Fuenteymbro y Victoriano del Río y lo de Parladé (Juan Pedro) por ahí pudiera estar encontrándose ese punto medio que permita un espectáculo con un toro que se mueva con esa transmisión que llegue a los tendidos, manteniendo el poco de morbo necesario que solo la bravura puede expresar.
De los toreros diríamos, que hay como confeccionar carteles para todos los gustos. Ha vuelto José Tomás, a cuenta gotas, pero allí está y eso vale y ha regresado Finito demostrando que cuenta para todas las plazas, Ponce después del percance de Valencia nos deja boquiabiertos con su profesionalismo, su valentía y su torería. Los del G5 así no nos guste su postura, son toreros importantes aquí y en Pequin. La recuperación de Talavante de manos de Curro Vázquez es notoria y ni se diga de Perera que va arrollando. Hay otro grupo no menos interesante que viene buscando posicionarse haciendo las cosas bien y como siempre Padilla y Fandi dándolo todo donde los pongan.
Terrible lo de David Mora. Nos puso el corazón en la boca y lo peor es que su recuperación va muy lenta.
Se quedarán algunos en el tintero y seguro que no es por mala uva.
De entre los novilleros se puede hacer un grupito encabezado por Garrido el de Badajoz seguido muy de cerca por Posada de Maravillas, Lama de Góngora, Gonzalo Caballero y algunos más; que si no se vanean en el camino, darán de que hablar y ojo que más atrás, porque hasta ahora comienza con caballos, viene un peruanito de familia torera, se llama Andrés Roca Rey; hay que verlo.
Los de a caballo allí van en lo suyo. También tienen su público.
No podemos cerrar esta nota sin hablar de los subalternos. Muchos, muchos muy pero muy buenos a tal punto que no tengo espacio para nombrarlos. Por eso solo voy a mencionar a Tito Sandoval, a la cuadrilla de Javier Castano a Javier Ambel y a ese par de maestros que son José Antonio Carretero y Juan José Trujillo. Reciban todos en cabeza de estos pocos un merecido reconocimiento.
Queda una sola reflexión que espero no sea equivocada: no se asusten por la disminución en el número de festejos ni por los toros que sobran. Si hacen memoria, verán como antes del 2.000 las cifras eran similares a las de hoy. Estábamos en una burbuja señores y ya’stá.
Que dios reparta suerte.