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  CRÓNICA DE UNA CENSURA ANUNCIADA  
   Por Gaby Jiménez - México
[ 23/04/2014 ]
 
     
 

La Universidad Nacional Autónoma de México se ha convertido en mi casa durante los últimos 10 años, en sus aulas me he formado como profesionista pero sobre todo como ser humano, en sus pasillos he compartido conocimiento con una gama de alumnos, maestros y ahora colegas que desde las distintas áreas de investigación están abiertos al dialogo.

Como parte de mi formación académica presenté trabajos de distinta índole con  temas que versan en torno a prostitución, religión, democracia, feminicidio, políticas públicas, tauromaquia, suicidio, tecnología, leyes de medios y un sinfín de tópicos situados en Europa, América y el Caribe, que repercuten a nivel social y por ello son dignos de ser analizados académicamente.

Recuerdo muy bien el desconcierto que mi profesor de géneros periodísticos tuvo hace algunos años cuando nos asignó cubrir un espectáculo masivo y gran parte del salón escribió de futbol soccer, siendo yo quien corto con la “armonía” y decidió escribir una crónica sobre una corrida en la Plaza México, ¡sí! el lugar del que tanto hablaba mi abuelo y que despertaba gran interés en mí.

Mi primera crónica escolar fue un éxito y los comentarios atinados del profesor causaron un profundo interés en seguir hablando de la fiesta. Desde ese momento tuve firme la importancia de abordar esta temática en la universidad, siendo el periodismo taurino una especialización en la que todo comunicólogo puede profundizar para dominar su riqueza histórica así como el lenguaje narrativo y descriptivo que se utiliza al plasmar lo que acontece en el ruedo. 

Por ello usando las herramientas que adquirí durante mi carrera universitaria, opte por titularme con la investigación de una tesis sobre crónica radiofónica taurina, justificando a nivel  teórico, metodológico y conceptual cada detalle  y defendiéndola ante 5 sinodales que desde la académica aprobaron mi trabajo de titulación, mismo que llevó a una especialización que despertó mi interés por proponer una serie de conferencias.

Dicha iniciativa fue aceptada y aprobada por la facultad sin problema alguno, la organización del evento se desarrolló de manera clara, exponiendo los temas a tratar, así como la trayectoria y el nivel académico de cada uno de los ponentes: José Francisco Coello Ugalde (historiador), Maricarmen Chávez Rivadeneyra (socióloga), César Benedicto Callejas Hernández (doctor en derecho) y Claudia Gabriela Guevara Gómez (lingüista).

¿Con qué derecho gente que desconoce el tema se atreve a decir que en las universidades no debe hablarse de toros? cuando existen las bases y el sustento. Siendo la UNAM un espacio de diálogo y diversidad, muestra de ello son los intercambios que se dan entre compañeros extranjeros que tienen estancias de investigación en la máxima casa de estudios, gente que viene de cualquier punto de la república, cualquier delegación del DF; reflejo de una pluralidad que fomenta y enriquece el conocimiento en el campus universitario.

En toda mi formación, compartí aula con amigos taurinos y no taurinos, pero siempre de manera respetuosa se habló del tema de modo civilizado,  exponiendo argumentos, escuchando otros y entrando en un debate pacifico, digno de estudiantes que respetan los distintos puntos de vista que la universidad ofrece, sin caer en enfrentamientos ni ningún tipo de violencia.

Sin embargo la iniciativa que se concibió como un espacio de conocimiento, ante los ojos de gente radical se convirtió en una corrida de toros, en una especie de “evangelización taurina” que se vio reflejada con el uso de un lenguaje violento que expresaron en las redes sociales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Manifestaron su enojo, censurando el conocimiento y haciendo presión para la cancelación del evento. ¿Quiénes son estos sujetos? que detrás de una computadora ocultan su identidad, que boicotean de la manera más crédula un evento académico.

En ningún momento se planteó debatir si las corridas de toros son buenas o malas, si el animal sufre o no sufre, si la gente taurina está enferma o no, ni se invitó a nadie a una corrida de toros, simplemente se planteó abordar un espectáculo como la fiesta brava desde las distintas trincheras de la investigación académica.

Literatura, periodismo, sociología y léxico taurino son campos de estudio que con toda certeza pueden abordarse en la academia, es lamentable que esto no puede entenderlo gente con poco criterio que se escuda tras una serie de amenazas y el uso de lenguaje violento en las redes sociales.

Esta reacción generó una alerta en la facultad y por ello las autoridades de dicha institución decidieron cancelar el evento propuesto, argumentando que el plantel no cuenta con las medidas necesarias en caso de un enfrentamiento, era una amenaza que se les salió de las manos.

La cancelación se anunció tajantemente (una tarde antes del evento anunciado) sin mayores explicaciones a pesar de que se dio la difusión necesaria tanto en medios impresos como digitales (gaceta UNAM, carteles, página oficial, redes sociales y diarios nacionales y especializados).

Lamentable la reacción de algunas personas que tras la pantalla de una computadora se escudan y hablan a nombre de una comunidad expresando que existe el rechazo de cientos de universitarios y académicos, pero ¿dónde está la otra cara de la moneda? sí, la comunidad universitaria y taurina que se quedó esperando la realización del evento, los académicos interesados en hablar sobre la fiesta brava desde sus trincheras, las personas que desde otros estados de la república (Aguascalientes, Tlaxcala, Estado de México, Guadalajara) viajaron al campus central de la UNAM para ser parte de esa apertura de libertad que no pudo darse.

Como parte de la máxima casa de estudios me llena de tristeza ver que personas radicales expresan su inconformidad sin ser parte de la institución, sin argumentos claros, haciendo uso de la psicología del miedo que  durante años han utilizado como único elemento para hacer boicot en contra de un espectáculo que por si solo se defiende a nivel cultural y social

¿Dónde queda la libertad de expresión, el espacio abierto al dialogo, la pluralidad de ideas, la diversidad del conocimiento social? ¿Dónde? Es preocupante que se siga humanizando a los animales, no debemos de confundir la gimnasia  con la magnesia ni caer en los argumentos absurdos de quienes afirman que la violencia se da en una plaza de toros, siendo ellos los violentos e intolerantes  que siguen desinformando y moldeando a instituciones, en este caso le toco a la UNAM.

Pero la UNAM no es exclusivamente la facultad de Ciencias Políticas y Sociales, la máxima casa de estudios es un universo en el que pronto se hablará de la fiesta, sin necesidad de esconder ningún tema, de censurar ni de cerrarse al dialogo.

Porque nunca se ha querido persuadir a nadie, ni forzar una afición, simplemente se busca la apertura de espacios para hablar de una fiesta que está arraigada en México y muchos otros países del mundo, una fiesta que ha sido satanizada de la manera más mezquina por quienes dicen proteger una especie, pero que se llenan de una doble moral que ni ellos mismos entienden.

Se ha roto esa armonía a la que están tan acostumbrados en la academia y se ha cerrado un foro, pero se han abierto otros más, en los que pronto se hablará desde las distintas tricheras de la fiesta brava, seguro que esta iniciativa dará la vuelta al ruedo no solo en la UNAM sino en otras universidades que se han interesado por la riqueza académica de los ponentes y los temas propuestos.

 
     
   
 
   
 
   
Armando Remedios Ocotoxtle 25/04/2014  
 
Lamentable e indigno de la UNAM, la primigenia Universidad Latino Americana.
 
 
 
   
Juan Rubio 23/04/2014  
 
Siempre lo digo, la paciencia y el tiempo, poco a poco, termina arreglando las situaciones que no se esperaban, ni responden a los deseos democráticos del Pueblo, que por mayoría, siempre acaban teniendo la razón.- Señor Gaby, su lectura es clara y merece ser apoyada por los demás unidos en el mismo criterio.- Un saludo.-
 
 
     
     
     
     
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