Todos los animales inevitablemente deben pasar por el trance de la muerte, antes que la gastronomia los convierta en exquisiteces que saboreen los humanos. En el ritual de la mesa no se hacen muchas preguntas, quien va a saborear una langosta no le interesa saber que ese animal fue lanzado vivo al agua hirviendo, ni quien se lleva a la boca un jugoso asado se preguntara en que circunstancias murio esa res. En el caso de los bovinos la forma usual es llevarlos a un rastro o "matadero", en el cual forman linea en la que las reses van avanzando, viendo como las que van adelante caen al suelo, para ser levantadas con ganchos, cabeza abajo retorciendose aun en su agonia, para luego ser desangradas, invadiendo todo el ambiente el olor a sangre y muerte. En este grotesco proceso se oyen los lastimosos mugidos de desesperacion cuando su instinto presiente el cercano final. Mal puede calificarse alguien de antitaurino si antes no ha vivido la experiencia de ver como es sacrificado el ganado que provee la carne que sin remilgos satisfacera su apetito. Quienes se consideren antitaurinos y sean consecuentes con sus ideas deberian ser vegetarianos y si realmente les preocupa como son sacrificados los animales tienen aun mucho por descubrir.
De las ganaderias de reses bravas, la mayor parte de ejemplares son enviados a estos lugares, pero dado el caso que a los antitaurinos poco les importa la forma como estos moriran, nos enfocaremos en la muerte del toro bravo en el ruedo.
Para entender al toro bravo hay que instruirse en algunos conceptos basicos de la tauromaquia, entender lo que es la casta, la bravura, el trapio y por otro lado tener la sensibilidad artistica necesaria para descubrir, sentir y disfrutar el arte. Sin esos requisitos es comprensible que un neofito en tauromaquia solo vea en el toreo a una persona llamada torero confundiendo al toro con un trozo de tela, cuando el capote y la muleta son como pinceles que dibujan con elegancia y profundidad lances armoniosos, cadenciosos, artisticos, quedando como bordadas en el albero imagenes que perduraran por siempre en las retinas del aficionado. Como negarle sensibilidad artistica a genios de la talla de Pablo Picaso, quien vibraba de emocion ante una faena de antologia ?. La sensibilidad artistica es un don que no se le concede a todos y sin ella no es posible hablar de la esencia del arte en su real dimension.
A diferencia del ganado de carne, el cual al nacer es separado de su madre, castrado y tratado como un objeto comercial cuyo unico objetivo es llegar engordado al matadero, el toro bravo nace en dehesas con pasturas y cuidados especiales, crece junto a su madre mamando de ella libre y naturalmente, en un entorno protegido y libre de predadores, bajo el cuidado del mayoral y de su propietario. Pocos animales tienen una vida tan afortunada, en un ambiente ideal, llegando a convertirse en un cuatreno, luciendo con orgullo su estampa, pitones, morrillo, ese trapio que lo convierte sin duda en uno de los animales mas hermosos de la creacion.
Si el toro bravo pudiera expresarse, ante la disyuntiva de ir a morir al ignominoso matadero o salir por la puerta de toriles, haciendo gala de su casta en la plaza de toros, no dudaria un instante en preferir morir con honor, el poder pasar a engalanar el libro de toros famosos o el ser indultado , viviendo el resto de sus dias luciendo su estampa de reproductor en los campos de la ganaderia que lo vio nacer.
Al igual que el ser humano, ante una situacion de peligro, en el toro fluye adrenalina, haciendo que la casta supere al dolor, el toro bravo no rehuye al castigo, al contrario, se crece ante el, su bravura hara que llegue embistiendo hasta el final y sin descartar en todo momento la posibilidad de infringir una cornada, de hecho toreros como Manolete fueron corneados al entrar a matar, cayendo en el albero toro y torero heridos de muerte al unisono.
Esa es la esencia del arte de torear, una conjuncion de toro, torero, arte, valor y tragedia. A esas voces que se alzan en contra de la fiesta el toro bravo les diria que no se metan con el "mundo del toro", mundo que por derecho le pertenece, mundo reservado a quienes vivimos con pasion el arte de torear y que ni la politica ni la ignorancia podran nunca erradicar.
Al toro bravo le ha costado mucho convertirse en Su Majestad "El toro de lidia" y nadie tiene ni la autoridad ni el derecho de impedir que cierre su fascinante ciclo de vida defendiendose orgulloso en el ruedo.
No estamos hablando de la "fiesta del torero" ni de la "fiesta del aficionado taurino", este es el "MUNDO DEL TORO" es "LA FIESTA DEL TORO" en la que el es el protagonista principal y nada ni nadie impedira que siga siendolo.