La corrida Goyesca de Arles se ha convertido en todo un acontecimiento artístico y cultural. Así cada año es invitado un artista para que decore la plaza y haga de ella todo un mosaico. La música, la pintura, el toreo se fusionan en un todo que llena de magia el escenario único del Coliseo arlesiano.
Luego los toros, y los toreros, ensamblarán la intemporalidad del arte para que aquello que sucedió en un espacio de tiempo ocupe la memoria de los presentes en el paso de los años. A eso, lo que queda, se le llama cultura.
Arles de esta manera ofrece al mundo, con toda probabilidad, el festejo taurino más importante del año. Y como tantas cosas sucede en Francia. No nos extraña nada.
Además, en este año, todo fue precedido por el anuncio matinal por parte de Juan Bautista de que esta será su última temporada en activo. El Coliseo no dejará de verle torear en tan importante festejo, pero, de cualquier modo, no dejaremos de ver su mano en el festejol a través de su compromiso como empresario, junto a su hermana, de un recinto tan histórico como privilegiado.