La literatura taurina se ha vestido de gala para lucir, inexorablemente, sus más bellos encantos que, en esta ocasión, dicha gala, nos la ofrecen dos hombres extraordinarios; el uno por ser el protagonista de la historia y, el otro, el afortunado narrador de la historia más bella que jamás ha dado el toreo. El hombre de la magia, como tantas veces se le calificara, no es otro que Rafael de Paula y, su biógrafo, un periodista joven que, con dicha obra, ha llevado a cabo el libro soñado por todos los aficionados. Me refiero a Paco Reyero, ese periodista andaluz que, con criterio, encanto, verdad y sabiduría, ha plasmado en blancas hojas de papel, la vida más apasionante que jamás torero alguno ha tenido.
Convencido estoy que, Paco Reyero, con su obra, pasará a los anales de la literatura taurina porque, en su momento, para narrar, supo escoger al personaje adecuado, al hombre que ha granjeado su propia leyenda y, como se ha demostrado, este hombre atiende por Rafael de Paula, Rafael Soto Moreno en la pila bautismal. Ciertamente, desde que Chávez Nogales biografiara a Juan Belmonte, ningún otro libro taurino había concitado tanto interés como el aludido, sobre el torero gitano de Jerez de la Frontera.
Este periodista que ha sabido manejar los hilos de la literatura de manera excepcional, con su obra, nos ha llevado al paraíso. No podía ser de otro modo puesto que, el personaje podía dar mucho de sí y, así ha ocurrido. Paco Reyero ha buceado en el alma de Rafael de Paula y, durante largas conversaciones, al final, supo captar la idiosincrasia del genial torero del barrio de Santiago y, el resultado, como explico, es la obra maestra. Escribir de este torero es un placer para cualquier mortal y, mucho más, para este hombre que se ha pasado días y noches junto al artista jerezano con la finalidad de ofrecerle al mundo, un relato excepcional. Rafael de Paula, dicen de ti, es el título genérico que ambos decidieron darle a la obra y, en estos instantes, el toreo todo, así como las gentes de sensibilidad a flor de piel, todo el mundo habla del libro sobre la vida y obra de Rafael de Paula.
¿Qué tiene este libro para conmover al aficionado, al lector sea cual fuere? Le preguntaron al biógrafo de Rafael de Paula. Yo diría que, este volumen, leído ya por dos veces en muy breve espacio de tiempo, tiene, ante todo, una carga de sinceridad tan emotiva que, irremediablemente, cala en cualquier lector que tenga el libro entre sus manos; no hace falta ser aficionado a los toros para embelesarte con esta obra; sólo hace falta sensibilidad; justamente, la misma que ofrece el personaje. Digamos que, se necesita una complicidad espiritual y, tras dicho binomio, el éxito está más que asegurado.
Se trata de un repaso exhaustivo de la vida y obra de Rafael de Paula, un personaje de leyenda que, posiblemente, la sociedad actual, no ha sabido reconocer en su completa dimensión. Será ahora, -de ello tengo la completa seguridad- de que, tras leer dicho libro, el mundo conocerá mejor a Rafael de Paula y, muchas generaciones, al paso de los años, irán conociendo en todo su esplendor a un personaje del siglo XX –al que gozamos en el siglo XXI- que, por su forma de ser, por sus características como ser humano, quedará inmoralizado para la historia.
Paco Reyero analiza al personaje, pero igualmente a su entorno. Hablan sus banderilleros; conocemos a sus apoderados, sabemos de sus miedos, de sus triunfos, de sus incertidumbres, de sus frustraciones y, por encima de todo, de su soberbia fantástica puesto que, Rafael de Paula, conocedor de sus limitaciones, igualmente, sabía de su grandeza y que, cuando las cosas se daban, como él las definía, nadie podía torear mejor que él; y era cierto. Lo dijeron, entre otros muchos, Curro Romero, Antonio Bienvenida, Pepe Luís Vázquez, Joaquín Vidal, José Bergamín y una larga lista de hombres geniales que tuvieron la suerte de compartir su época y su vida.
Se citan, como no podía ser de otro modo, innumerables anécdotas relacionadas con el personaje. Por supuesto, todas muy jugosas. En una de las tardes negras de Rafael de Paula en Madrid, tras ser detenido por las Fuerzas del Orden Público, al ser preguntado e interrogado ante el juez de instrucción en torno al escándalo producido, Rafael de Paula, le dijo a su señoría: “Señoría, pero si yo no he matado a nadie; por no matar, ya ve usted, no he matado ni a los toros”. Eran los grandes escándalos del gitano que, por el triunfo o por el fracaso, jamás pasó desapercibido para nadie. En las contradicciones que se han dado cita en este personaje, lo que nadie podía imaginar era que, Paula, tachado por sus miedos e indolencias artísticas ha sido, con toda seguridad, el torero que más veces se ha enfrentado en solitario en corrida de seis toros. Parece, como digo, algo extraño, pero es la más grande realidad de este torero, al margen de cientos de genialidades, contadas con todo lujo de detalles por la sabia pluma de Paco Reyero.
La vida de Rafael de Paula, con sus contradicciones a cuestas, con sus genialidades a flor de piel, no es una vida cualquiera; había que darle distancia, como sentenciaban sus banderilleros. Hemos conocido las interioridades del maestro de Jerez y, a su vez, hemos sabido de sus miedos, de su generosidad para con los suyos y, ante todo, de su dignidad más absoluta puesto que, en los tiempos difíciles, el torero, solía repetir siempre la misma frase; “De mi hambre me río yo, nadie más”. Son muchas las vivencias que en este libro se retratan aunque, convencido estoy, Paco Reyero, con su magia, ha sabido relatar lo que Rafael de Paula ha sentido, lo que ha vivido y todo lo que ha exteriorizado ante el mundo. Biógrafo y biografiado, lo confieso, han formado un tamdem perfecto. Rafael de Paula, dicen de ti…… y lo seguirán diciendo generaciones venideras.