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Pla Ventura |
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España |
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23/05/2005 ] |
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CON AMIGOS ASÍ, NO HACEN FALTA ENEMIGOS |
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Supongo que, mis compañeros de tribuna, a estas horas, habrán ya enjuiciado la labor de estos que dicen ser toreros y que, otra vez, en Madrid, tenían una ocasión de oro para demostrarlo y, vaya fraude el que hemos visto. Yo, al margen del análisis, quiero ir un poco más allá. En su día, cuando se aireaba el tema de la contratación de El Zotoluco para Madrid, me atreví a pronosticar que, como le apoyaran Ponce y El Juli, le buscaban la ruina y, así ha sido, En honor a la verdad, si se me permite, dije que Ponce y El Juli, al mexicano, no lo quieren ver ni en fotografía y, los torpes de turno, hasta se creyeron las tonterías que decían algunos críticos comprados por las figuras cuando, a la sazón, afirmaban que Ponce y El Juli querían apoyar a El Zotoluco en España. Algunos tontos, esta zafiedad, hasta se la creyeron. ¿Cómo se puede sostener dicha afirmación cuando, si no recuerdo mal, en el año 2000, en fecha similar a la de hoy, Ponce, se atrevió a torear con El Zotoluco en Madrid y, como éste triunfó, ya nunca más toreó con él en España? En dicha temporada, Eulalio López, como resulta que es un torero bravo y macho –aunque hoy no lo ha sido- se enfrentó a las duras corridas que Ponce no quería y, con semejante ganado, triunfó por lo grande, como hacen los toreros de ley. Ahora, tras todo lo que hemos visto, respecto al Zotoluco, habría que decirle que, con amigos así no necesita de enemigo alguno. Venir de México para ser el comparsa de esa parodia absurda, me parece una broma de mal gusto; no se si del que se la hizo, ó de él, por consentirla. Lo triste y verdad es que, por torpe, El Zotoluco, ha pagado muy cara su osadía de ser el comparsa de estos dos ciudadanos españoles que, dicen ser figuras del toreo; claro, lo dicen ellos y los críticos que tienen sobornados porque, nadie, en su sano juicio, podría hacer semejante afirmación. Ahí están los resultados. En honor a la verdad, Madrid, le tendrá que agradecer a Ponce que no vaya nunca más por dicha plaza, de este modo, les evitará un bochorno tan grande como el del día de hoy. Bien es cierto que, el glamour, es lo que vende. Hoy se han pagado entradas por ver a esos titiriteros, a unos precios increíbles, lo cual evidencia que, quiénes han pagado semejantes sumas de dinero, además de ricos, son tontos. Y digo que son tontitos, no porque les falte un ajuste en el cerebro, sino por la nula condición que tienen como aficionados que, en definitiva, con tal de lucir sus mejores galas – damas y caballeros- no les importaba sacrificio alguno; era, como ellos decían, el cartel de la feria y, para su desdicha, erraron por completo. Está claro que, a los aficionados del siete, a esos no han engañado a nadie; todo el mundo barruntaba lo peor, como era nuestro caso y, una vez más, dimos en la diana acertando una ruina por doquier. Soy consciente de que la ley de la oferta y la demanda, es inapelable, de ahí el tirón de estos toreros; y digo tirón a la hora de sus honorarios puesto que, la plaza de Madrid, aún sin los del clavel, se llena a diario; Sebastián Castella es un vivo ejemplo de lo que digo y, para colmo, hasta triunfó. Me parece muy bien que a estos individuos les den una “jartá” de millones; sus razones tendrán, aunque no las demostraran. Pero es y seguirá siendo cruel que, el ochenta por ciento de los toreros que actúan en Madrid, todos, de alguna manera, tengan que sufragar la importante cifra de dinero que se les ha pagado a estos graciosos. Y el sufragio viene dado porque, lo mucho que estos tipos han cobrado, obviamente, va en detrimento de Serafín Marín, Castella, Juan Diego, Luís Bolívar y una lista extensa de toreros que, algunos, hasta se han dejado la piel en Madrid y, ¿para qué? Se preguntarán ellos; para alimentar el ego de los que dicen ser figuras, llenarles los bolsillos y ver como se lo llevan crudo sin exponer lo más mínimo. Ayer, un toro fiero quería comerse a Sebastián Castella; hoy, unos burros amorfos aliviaban la responsabilidad de los que dicen ser las máximas figuras del toreo. ¿Y todavía hay gente que sigue creyendo que los enemigos de la fiesta están fuera de la misma? ¿Queréis más pruebas, tras lo de hoy? La Ventana del Puerto y, El Puerto de San Lorenzo eran los toros. Muchos puertos y ningún torero. Por cierto, volviendo a El Zotoluco, por si alguien no se ha dado cuenta, lo realmente curioso es que, la corrida, anovillada en su conjunto, podrida en su totalidad y, por causas del “destino”, los dos toros con más peso le caen en suerte a El Zotoluco. Qué caprichosa es la suerte, ¿verdad? Vamos, eso no se lo puede creer ni el que tenía el sombrero en la mano. Ahora, como dicen ser muy amigos suyos, El Zotoluco, podría, en gesto de amistad, retarles a los maestros y, comparecer los tres en una corrida de Victorino Martín, justamente en Madrid y, a Ponce y a El Juli, les daba un ataque y se morían del soponcio. Y digo bien porque, si en verdad se consideran toreros, Ponce por caso, no hace falta ir a Osuna para tener 1.500 espectadores y matar una novillada desmochada. Los gestos se tienen en Madrid y, con toros, claro está. Se han burlado del personal de mala manera; digamos que, de buena manera porque, hoy, en Madrid, había mucha gente afín a estos caballeros; es decir, de los que lo perdonan todo aunque sepan que les han engañado. Recordemos que, Zotoluco, en muchas ocasiones ha sido capaz de triunfar en corridas de mayor fuste que la presente y, en esta ocasión, parecía que estaba aleccionado para no hacer nada positivo. Trapazos por doquier cuando, como explico, Eulalio López ha sido capaz de triunfar en epopeyas mucho más difíciles. Este año, El Zotoluco, si quiere quedarse, tendrá que hacerlo como aficionado puesto que, como torero, sus amigos, se lo han puesto muy cuesta arriba. Dudo que, tras este fracaso con estrépito, ningún empresario se atreva a contratarle; y es lamentable decir esto de este hombre que, además de ser la primera figura de México, en España, con torería y cojones, ha triunfado a lo macho en repetidas ocasiones. De Ponce y El Juli, poco hay que decir; en honor a la verdad hay algo a favor de Ponce, que sólo ha fracasado una tarde puesto que, El Juli, suma los fracasos a pares en Madrid. Vaya par de ciudadanos desagradecidos con el mundo del toro que, hartos de hace parodias por esas plazas de Dios, tenían la oportunidad de triunfar en Madrid y, se trajeron bajo el brazo esa basura de toros que ellos habían comprado. No pasa nada porque, Ponce, le seguirá dando pases a una farola si ello hace falta y, de El Juli, mejor me lo callo. Desde que alguien dijo el otro día, en Jerez, que El Juli era el mejor torero del mundo, hoy, por lo que he visto, me entran ganas de quitarme la vitola de aficionado. No pasa nada; seguirán engañando a todo el mundo y, lo triste es que, en pueblos y provincias, los lugareños, se tragaran la bola. Pero la realidad es la que hemos vivido. Si estas son las figuras de la actualidad, mejor que se clausure la fiesta para siempre. Eso sí, todavía quedará gente que defenderá a estos señores que se visten de luces, que dicen ser toreros y, para demostrarlo, acuden a Madrid con el burro amorfo e inválido. Todos los que quieren dejarse engañar, están todos en su perfecto derecho. No seré yo el que rompa una lanza a favor de nadie; mayorcitos ya somos todos. La realidad es la que hemos visto y, negarla, sería una crueldad, al menos, de cara a esos aficionados que, alabados sean, todavía creen en la verdad y la buscan con la misma vehemencia que lo hacemos nosotros. Tengo claro que, El Zotoluco, para una próxima ocasión, reflexionará con sus amigos. Me consta que, el manito, estaba ilusionado por volver a triunfar en las plazas de España pero, sus amigos, en tan gallardo gesto, le han comprado el boleto de regreso a México. Respecto a Ponce y El Juli, que no se preocupe nadie que, pronto, en cualquier pueblo, con el torito adecuado, desmochado y sin fuerzas, verán qué manera de cortar orejas. Y cuando eso ocurra, los adláteres, cantarán las hazañas como la más importante gesta. Podían habernos callado; es decir, tenían la obligación de hacernos cambiar de opinión, siempre y cuando, la verdad, hubiera sido su gran objetivo y, de paso, el triunfo. Pero, de forma lamentable, un día más, nos han dado la razón: son unos toreros de la trampa y del fraude y, de ese modo, llegar al triunfo, es tarea imposible. Al final, como ilustra la foto, no querrá nadie ni verlos. |
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