A Matías Tejela le dieron una oreja tras sucumbir el extraordinario Resistente. Una oreja que ha sido la atenta donación de una entusiasta y bondadosa petición, que hizo el público venteño; un público que iba de vena, y a pesar de que Matías estuvo muy por debajo de las espléndidas condiciones del bien presentado toro de El Pilar, acabó paseándola suponiendo que había hecho las cosas bien.El señor Tejela comenzó la faena, sin mando ni aguante, por la mano diestra... acompañando hábilmente la despaciosa embestida del ecastado toro, y hasta donde se supone, acompañar... no es torear, simplemente es ser un atento y afectuoso seguidor, de las claras y nobles embestidas del astado, como justamente fue el señor Matías.
Pero de pronto... salta la liebre en donde uno menos lo espera; y así Matías, trazó una soberbia serie por naturales que fueron bellos y bien toreados; repitió la dosis... pero ya fue diferente, le faltó nuevamente mando y aguante, y comenzó el declive de la faena. Sí... retomó con la derecha, sin embargo, el excelente toro había sentido que frente a él, no había un torero con mando ni temple, y entonces Matías Tejela fue por la espada y la depositó en su totalidad.
La gente emocionada... reclamó una oreja, que fue concedida, pero se olvidó de exigir una vuelta a los despojos del extraordinario toro, que se fue con más de media faena.
Matías había aburrido con su primero, el que había brindado al público. Seguramente se le olvidó que un brindis... es un respetuoso (todos los tienen que ser) homenaje que se ofrece a quien se le tiene la atención de brindar su faena. Y sumar pases sin ton ni son con un toro noblote... no es ningún homenaje, es un desprecio.
Quien estuvo como siempre... con su conocido espectáculo circense, fue David Fándila “El Fandi”, un gran esquiador sobre hielo metido a mal torero sobre la arena.
Pésimo se vio con el exagerado capote que lleva, con el que puede más arropar a sus toros, pero no torearlos.
Como siempre... ha estado muy espectacular y en extremo vulgar, en el tercio de banderillas... en donde tras correr sin tasa ni medida por todo el ruedo delante y detrás del toro, impone todos sus pares a cabeza pasada; pero haciendo un escandaloso alarde de gran esquiador en la arena.
Y con la tela roja... perdido.
Con el extraordinario Bellito... que merecía una faena plena de apoteósis, sólo algunos pases cuando sostenía la muleta con la mano diestra... como vertiginoso rehilete; y eso... que no es torear, por su exagerada velocidad... impactó al público.
El señor Fandi, dejó una estocada entera, y la asistencia invadida de una alegría inusual, pretendió regalarle una oreja, que por fortuna no fue concedida por don César Gómez Rodríguez, quien presidió el festejo, dando respeto y seriedad al espectáculo que se produce en la primera plaza del mundo taurino.
Fernando Cepeda abrió el festejo con un toro casí inválido... al que lanceó por piernas con el capote. Lo sorprendente vino cuando intentó hacer un quite y cayó a al arena peligrosamente, de no haber sido por la invalidez del astado, las cosas se hubieran puesto peligrosas, pero esa excesiva debilidad del bovino le hizo claudicar y caer encima del torero... por fortuna, no lo aplastó, y pudo incorporarse Fernando, todo maltrecho.
Trazó una faena... bonita, una primera serie con la derecha templada que fue rematada con una trincherilla; luego inició otra con un trincherazo y prosiguió nuevamente con la derecha; y así sucesivamente, pero después de la cátedra del maestro Rincón y de El Cid... todo lo que se haga, debe ser en igualdad de intencidad. Así que la faena bonita... quedo... muy chiquita para las aspiraciones del torero.
Con el cuarto, que fue de la ganadería de Lagunajanda (Jandilla)... prologó su faena por alto, y cuando comenzó a desarrollarla con la derecha, se hizo notar su mermada capacidad física, porque el toro se revolvía y no había ni mando ni aguante, para someter la embestida. El encastado toro no tuvo un torero poderoso y todo acabó en una muy mediocre faena.
Los toros... de El Pilar... han sido encastados... lo que les ha dado motor para embestir con movilidad; pelearon en varas y fueron buenos para la muleta y no fueron aprovechados con cabalidad; sobre todo los extraordinarios quinto y sexto, que debieron haber sido homenajeados con la vuelta al redondel en su arrastre. El de Lagunajanda, también fue encastado.
Así... que por toros no faltó han habido dos toros extraordinarios... han sido los toreros los que en la realidad fallaron, al no estar a la altura de las circunstancias... de las supuestas faenas, el olvido será quien de la justa dimensión a su valor.