Primera semana de San Isidro y por lo leído, poquito para rescatar. Pero dentro de lo poco lo que más me ha impactado ha sido la contundencia de la critica para censurar la actitud de las tres supuestas figuras que actuaron el día de ayer en San Isidro. Con una sola foto, expuesta por uno de nuestros directores, se resume todo y en este caso el todo es la nada.
Nada de nada dejó la supuesta corrida de mayor interés de San Isidro. Una corrida que hasta carátula de una revista taurina mereció. Una corrida que alguien con visión hubiera planteado como la que echara la feria para arriba y pusiera caro el pescado, una corrida para dar muestras de que la fiesta respira por si sola y no con un respirador artificial, una corrida para acallar las protestas, para acallar a los críticos, una corrida que debió servir para mejorar la salud de la fiesta, se convierte por el contrario, en el alimento ideal para todos aquellos que pensamos que esto se muere por la raíz. Pregunto yo. Que mejor que haber visto a los tres actuantes del día de San Isidro con una ganadería importante, Cebada Gago, Baltasar Ibán, la que usted quiera, pero no una vacada sin ningún cartel y de propiedad de un matador de toros retirado, remendada con lo que hubiera por ahí. Con todo esto queda en evidencia que a estos señoritos no les interesa la fiesta para nada y luego si van sentarse a Barcelona a decir, yo respaldo la fiesta de los toros. Por favor. Primero a demostrarlo en los ruedos, a darle lustre a la fiesta, a demostrar que son figuras de algo y luego si lo otro.
Lo que no entiendo es que actúan como si no se dieran cuenta de que es lo que ocurre. Porque no hay que ir ni a la Nasa, ni a Harvard, ni al Instituto Empresa para darse cuenta que a Madrid hay que ir con toros de verdad, que es lo mínimo, que son dos tardes al año en las que hay que apretarse los machos más fuerte, tragar y dar la cara. Que si te dices o te crees figura pues hay que demostrarlo.
Y no es que la crítica los fustigue o una fracción del público les chille porque si, es que es un argumento lógico Si son los toreros que más actúan, los que más sitio tienen, los que más “calidad” tienen y la afición lo reconoce, pues es por esas mismas calidades que se les exige, entonces a demostrarlo ante toros bravos y no ante borreguitos escogidos que no les molesten.
Incomprensible que “El Juli”, que muestra tanto poder en el ruedo, que le hace, o le hacia, a los toros lo que le venía en gana, que fue un torero que despertó ilusión en el aficionado porque se vislumbraba que sería grande de verdad, se achique tanto a la hora de pedir toros en Madrid. Parece un pelele de sus apoderados dejándose anunciar con cuanto ganadería bobalicona se aparece. Pero es que no lo ve? Es que no aprende ? Si es que la afición se lo expresa con gritos y protestas, es tan difícil de entender que en Madrid lo quieren ver con ganaderías de verdad? Nadie de su entorno se dará cuenta ? Roberto Domínguez, que explotó como figura toreando serios toros, no se lo dice? O que es lo que pasa ?
Lo de Jiménez ya raya en la desfachatez. Sabiendo que le iban a esperar de uñas, porque pasó de Madrid durante dos años seguidos por puro capricho, ahora cuando por fin se decide a asistir va y se anuncia con la ganadería de su apoderado. Por favor!!!, eso ya no es comodidad sino descaro, y más si su apoderado es reconocido como el mejor exponente del baile de corrales. Y que no diga que pidió la de Victorino porque era lavarse las manos, sabiendo que no se la iban a dar. Lo mismo que “El Juli” hace dos años. Cuando ven la negativa de la empresa o del ganadero no les ocurre pensar entonces quiero la de Adolfo o la de Palha o algo con casta.
Y Tejela ? Más de lo mismo. Yo que creí que cuando en una feria de Sevilla dijo que quería enfrentarse a César Jiménez, que les pusieran juntos para ver quien era quien, era porque de verdad tenía aspiraciones de torero importante pero también entró en el mismo jueguito de todos. Aunque a favor de Tejela decir que por lo menos reconoce tácitamente su incapacidad con los toros encastados y prefiere anunciarse con los que le permitan realizar su toreíto. Ya lo vimos en Cali, siendo uno de los toreros que más torea en España, que tiene un lugar privilegiado en el escalafón, que supuestamente está preparado para torear un toro encastado, le salió un toro con poder y no encontró por donde meterle mano y quedó en total evidencia. Entonces para que me expongo a hacer el ridículo, pensará.
Y que decir de la empresa. El empresario de la plaza de Las Ventas se quejaba de que nadie le había reconocido de lo cerrado de ese cartel, pues aquí si se reconoció, pero también se dijo que con esa ganadería el esfuerzo quedaba reducido a nada y tal cual. Tampoco el señor Chopera se da cuenta de que es lo que quiere el aficionado ? Cincuenta años en esto y aún no se entera. Hay asociaciones de aficionados que se reúnen y les toca hacer listas de ganaderías que se sabe que no van a embestir, como para ayudarles en su labor, y los apoderados de las figuras, las figuras mismas y los empresarios ni se dan cuenta. Pero que pasa ? si es que les están abriendo los ojos y ni por esas. No lo entiendo.
Siempre son preguntas y preguntas que se quedan sin resolver. Aunque esta vez, quizás, Rivera Ordóñez me ayude con la respuesta a todo esto. Porque se le ocurrió anunciarse con una corrida seria y dura y el petardo que pegó, según todas las crónicas, es como para no volver a Madrid en muchos años. Y es que estos que se dicen figuras y andan por todas las plazas de Europa y América no son capaces con toros que tan solo muestren atisbos de casta. Se acostumbraron tanto a torear cualquier oveja disfrazada de toro que cuando se enfrentan a uno en serio quedan desnudados en sus capacidades. Porque no son figuras, son es figuritas de papel.
Nota: Acabo de leer que César Rincón se anuncia con toros de Partido de Resina el día del blusa en la plaza de Vitoria, alternando con “El Juli”. Pues esto da más pie aún para exigir que como regalo de la celebración del 75 aniversario de la plaza de toros de Santamaría se anuncie en un mismo cartel al maestro César Rincón frente a los toros de “Mondoñedo”.