¡Así no es señor Duque de Montoro!... ¡Así no es!, porque usted estuvo pregonando a todo el mundo, que le habían vetado injustamente en las dos ferias pasadas, y que yo recuerde, en el programa radiofónico de mi dilecto amigo Miguel Ángel Moncholi, en una entrevista al respecto, usted se quejó... yo estaba en esa ocasión en la emisión.Insistió que merecía tener un lugar, y ahora que lo incluyen... que le dan ese lugar, que por cierto, muchísimos toreros hubieran deseado tener... no realizó nada digno. Algo, que nos obligara a llamarle señor Francisco Rivera Ordóñez, digno heredero del maestro Antonio Ordóñez y de Francisco “Paquirri” Rivera.
¡No!... no hizo ningún merecimiento para serlo, y usted lo sabe muy bien.
¡Qué pena!
Este viernes... la Monumental Plaza de Las Ventas le echó con ese grito estruendoso que dijo todo: ¡Petardo!... y ha sido lapidario.
Claro... que si usted visita a la edificante autocrítica... para no engañarse, conocerá, de primera mano, que tuvo dos toros de don Celestino Cuadri, para haber conseguido el triunfo... la codiciada Puerta Grande; por supuesto haciendo gala de técnica, valor, sitio, oficio, sensibilidad e inteligencia; pero justamente ni por control remoto aparecieron.
Cuando salió su primero y dibujó unos aceptables lances a la verónica que fueron recortados con una bien trazada media, supusimos que vendría la gran faena; pero... no fue así. Permitió que el piquero diera feroz castigo a su toro; y sin embargo, ese castigo... no pudo sustituir sus capacidades, porque el toro quedó listo para la faena.
¿Qué había que hacer?... Simplemente poderle... mandarlo y aguantarlo; y usted, no sabemos a dónde dejó esos elementos fundamentales que todo torero debe tener. Se limitó a deambular con ostensible precaución y desconfianza, hasta que cortó... no por lo sano... por lo mal sano. Pero ya fue inaguantable el océano de cinismo con el cuarto. Con ese toro, definitivamente resultó bochornoso ver el estado tan lamentable, al que puede llegar un torero.
De sus compañeros... el que confirmó su alternativa... Fernando Cruz, la premura en su alternativa se hizo evidente. No está preparado para poseer el grado de doctor en tauromaquia. Así no se puede llegar a la primera plaza del mundo. Salvó la vida con el que abrió plaza, que resultó hasta peligroso, no tuvo recursos para poderle y domeñarle; mientras que dejó ir inédito al que cerró plaza... un toro que avisaba una buena lidia. Un toro que si hubiera estado listo Fernando, para estar en el codiciado escalafón de toreros, le habría extraído pases meritorios.
La notoria palidez de su cara lo dijo todo. Cuando no se disfruta lo que se hace... mejor hay que hacer otra cosa que le haga sentir bien. Se entiende, y perfectamente, que exista el miedo... se está jugando la vida al enfrentar a un toro, pero cuando este aparece por la falta de cualidades... de argumentos, es mejor cambiar de dirección. Por cierto, y cabe felicitar a Corrujo de Algeciras, quien dejó soberbio par en el sexto.
Similar situación vivió Iván García, quien sustituyó a Luis Miguel Encabo por el percance que sufrió el sábado pasado en Puertollano. Iván nos hizo albergar esperanzas con el tercero de la lidia, otro toro que se dejaba y que sólo había que tener poder y aguante, salió decidido a hacerse del abanto, lo recogió y lo fue llevando bregado hasta los medios en donde recortó lo bien hecho. Pero después... no pudo mantener quietas las zapatillas con la tela roja. Era evidente que le faltaba sosiego... el sosiego que da la experiencia, el estar bien sustentado por la técnica, por el sitio y el oficio. Igual se vio con el quinto, y así... no se puede.
Los toros de Celestino Cuadri presentaron los problemas propios de la edad, y salvo el primero que fue un manso peligroso, a los demás les faltaron toreros para dominarlos.
La tarde fue gélida... por el clima, incluso hasta con lluvia intermitente con un viento molestó, pero el exasperante frío que traía el Duque de Montoro en su helado corazón; y las desafortunadas intervenciones del Iván García y Fernando Cruz... dejaron un desánimo total.