¡Sí!, que gran pase de pecho dio Florito, cuando no pudieron arropar los cabestros al sexto toro devuelto por su terrorífica mansedumbre, aplastante falta de casta, una espantosa sosería y ostensible invalidez, seguramente acabaron contagiados por el desánimo de lo que fue una corrida fallida.El sexto toro de la ganadería de don Fermín Bohórquez... no tuvo nada que sus hermanos que le antecedieron no hayan mostrado. Fue tan pésimo como todo el encierro.
El señor presidente (Juez de plaza) don Manuel Muñoz Infante, debió haber devuelto sin más a todos al corral, pero... parece que debe pasar a la óptica más cercana, con el fin de que le revisen la graduación de sus gafas (lentes)... ¡no vio nada! ¡No se dio cuenta de las infames condiciones del encierro!
Dudo mucho que haya estado entretenido disfrutando del aburridísimo espectáculo, al menos que alguien le haya amenizado el tiempo.
Tras la aparición del último de la ganadería titular... resultaba ya imposible aguantar más tiempo en la plaza, así que el público volvió a explotar y entonces sí... la autoridad, decidió cambiar al bicho.
Entonces salieron los cabestros manejados por el sempiterno Florito, comenzaron a deambular como “burro sin lazo”, y de pronto decidieron regresar a los corrales... sin que el toro expulsado -sí expulsado por toda asistencia al igual que todo el encierro- hiciera por acompañarlos.
Entonces el gran Florito enfurecido por la perezosa actitud de sus pupilos, decidido saltó al callejón, y puesto en el umbral de puerta de toriles... justo frente al torote, aventó gallardamente su vara, que cayó en el testuz.
El toro hizo tibiamente por él y frenó su precavido andar en los límites de la puerta. Florito -desde el callejón- ya desesperado se quitó la chaquetilla, la tomó con su mano derecha y aventándosela al hocico le obligó a embestir y así le dio al marrajo... un interminable pase de pecho, que lo llevó hasta los corrales... demostrándonos el torilero más profesional, que todos los toros tienen su lidia, por muy corta que ésta sea.
Pero... ¡Qué cosas! Tener que estarle informando a usted, lector amigo, lo que debe ser una situación accesoria y fortuita, que acabó siendo el episodio de mayor relevancia... que fue estruendosamente ovacionado por todos... echar a los corrales a un manso.
Y es que el señor ganadero don Fermín Bohórquez, no tiene perdón... ni de Dios. Mandar ese conjunto de moruchos de marrajos, que sólo enardecieron a los aficionados, porque en nada se parecieron a un toro bravo y encastado, es un pecado mortal.
No se puede creer que no esté enterado lo que sucede en su ganadería ni mucho menos que no tenga la menor capacidad para seleccionar lo mejor para el serial más importante del mundo.
Y sin embargo, los toreros... hicieron el mejor de los esfuerzos.
El legendario Luis Francisco Esplá... a quien se le vio más en línea... con un cuerpo que parecía el de un javato, dejó dos estupendos tercios de banderillas; y la demostración cabal de su refinada técnica, así como su conocido sitio y oficio envidiable.
Fernando Cepeda... en su primero, pudo extraer una serie (dos pases) con la mano diestra que fue templada, cadenciosa, con mucha clase y rematada con un bellísimo pase de pecho; mientras que en su segundo... unas verónicas de recibo, al margen de que su banderillero El Chano, impuso dos soberbios pares de banderillas.
Y Uceda Leal, intentó pero no pudo redondear; incluso hasta con el sobrero de Corbacho Grande, otro toro que fue malo como los de la ganadería titular.
Un fallido segundo festejo y esperamos que para este viernes, las cosas ya se compongan, porque está bien que Florito sepa hacer muy bien su labor, pero venimos a ver corridas de toros, en donde los toros sean la inmejorable representación de la grandeza del toro bravo y encastado; y los toreros los héroes que logren grandes hazañas en el redondel, para disfrutar de los efímeros momentos escultóricos que dan luz y brillo al arte taurino.