Ese grito ha salido ya a las primeras de cambio. En la primera tarde, el presidente Sr. Sánchez, ha conseguido que se coree el grito de guerra. No son buenos comienzos y aunque eso no lo quieran los de la raza gitana, no es bueno tentar a la suerte. Dos toros, cuarto y sobre todo quinto, debieron hacer salir a los cabestros. Y, decimos, no es bueno tentar a la suerte, pues todos sabemos que vienen corridas cuyas fuerzas ofrecen serias dudas.
Además, hubieran tenido otra oportunidad diferente los aguerridos matadores que esta tarde hicieron el primer paseíllo. Enfrentarse a la corrida de Escolar ya era en sí una proeza; salir ileso era el siguiente objetivo y también se ha logrado (a expensas del parte facultativo de Gómez Escorial), por lo que entendemos que todos, si el Sr. Sánchez hubiera cumplido con su obligación, hubiéramos salido ganando.
Estos toros de José Escolar, son toros, de eso no cabe la menor duda, pero también es cierto que llevan en su comportamiento recomendación para que los espadas visiten la enfermería. Hoy, todos han dado muestras de ese peligro que no era sordo ni ciego, sino cierto y visible. Y según pasaba la tarde se iban superando, hasta llegar al sexto que daba lecciones de todo menos de bondad. Arrolló literalmente al valiente Gómez Escorial, quien había acudido, como siempre, a portagayola. Temimos lo peor ante la inconsciencia en que quedó el diestro, pero zafándose de las asistencias regresó al ruedo... para seguir sufriendo. El de Escolar no le dio ni una opción, ni para un pase.
El Fundi, curtido en mil batallas, estuvo en todo momento profesional y aunque algo pesadito en el primero, su labor fue entonada, dadas las características de sus oponentes, en todo momento. Ni el hecho de estar emparentado con el criador de las reses le permitió ninguna alegría, de las que las reses tenían muy pocas.
López Chaves estuvo valiente y decidido con su primero; pisó terrenos y sorteó tarascadas con buen estilo y mejor ánimo y es cierto que hubiera merecido mejor material para que tanto esfuerzo tuviera más brillantez, pero estuvo en todo momento por encima de su oponente y demostró que debe tener mejores oportunidades. El público lo supo valorar premiándole con una fuerte ovación. Estas ovaciones son reconfortantes y en Madrid suenan de un modo diferente. El lo dio todo y así se lo devolvieron con fuerza desde los tendidos. En el otro, un inválido, el del palco le privó de tener mejor ocasión como ya queda dicho.
Gómez Escorial es un esforzado matador, que una vez más ha venido a jugársela desde el primer momento. Ya en su primero se fue a portagayola y el lance resultó de esa manera por un extraño del toro, pero luego la porfía fue imposible para sacar algo limpio del oponente. En el último, ya lo hemos dicho, arrollado y mermado de facultades nada pudo hacer ante el marrajo que tenía delante y que durante varios momentos se hizo el dueño del ruedo. También se necesitan para él mejores oportunidades.
¡Fuera del palco! el primer día es mucho y da que pensar. Nos parece que se puede esperar que la casta, aunque sea de tan malos modales, puede arreglar alguna flojera, pero lo del cuarto olía a flojera total y en el quinto era ya la invalidez. Hagan la reflexión que corresponda, si no quieren que haya problemas este año en los tendidos. Por cierto, dichas protestas no venían solo del siete.
Por otro lado, en la plaza estuvo presente la emoción que da el toro y eso siempre es bueno recordarlo, pero no con un saldo tan grande y rotundo de toros dispuestos a no dejarse dar un pase. De ahí que lo hecho por los espadas goce del respeto del público y su reconocimiento, como ha sido de forma rotunda con López Chaves; pero todos preferimos un poquito más de nobleza en el comportamiento de las reses, que eso también tiene que darlo el toro bravo.