Con esta exclamación que por acá en Suramérica se utiliza para adular a alguien, o decir que lo esta haciendo bien, o que tiene prestigio comprobado y que es figura y que casualmente, aunque en orden diferente, son los dos apellidos de uno de los grandes críticos taurinos referentes de los últimos 40 años, queremos significar lo que representan la vuelta de los coloquios de Navalón a la feria de San Isidro.
Para quienes tengan el privilegio de asistir a la feria de San Isidro y para aquellos que tengamos que seguirla a través de la red tendremos puntual información con las tres importantes y serias plumas que Opinión y Toros va a tener para seguir el pulso de la feria, crónicas con las que estamos seguros siempre sabremos la realidad y la verdad de lo que ocurra en Madrid, sin ocultar nada, juzgando todo en su justa medida. Pues bien, a todo este suculento plato se le sumará el apasionante análisis de los coloquios de Navalón en los que volverá a poner todo en su sitio.
La crítica taurina anda huérfana de referentes que propugnen por la verdad de la fiesta de los toros, voces que se hagan sentir por todo lo alto para acabar con la podredumbre que la rodea, con el toro comercial derrengado por la arena y sin pizca de emoción, con los taurinos que a su acomodo manejan los hilos del toreo, con matadores acomodaticio que va mas que cómodos dando la vuelta a España toreando al hilo del pitón, con ganaderos al servicio de los toreros, que trabajan es para complacerlos y no para criar un toro bravo y con casta, con empresarios que no piensan en el aficionado ofreciendo una parodia de fiesta de los toros.
Pues bien, resulta que Alfonso Navalón, en su ancianidad, como el mismo dice, se va a apretar los machos y se va a lanzar de nuevo al ruedo para realizar nuevamente sus famosos coloquios durante toda la feria de San Isidro. Ha tenido que venir Navalón en casi su retiro a tratar de reformar todo esto. Porque así están las cosas, algo así como cuando reaparecieron a inicios de los ochenta Manolo Vázquez y Antoñete y pusieron el toreo boca abajo dando repasos a diestra y siniestra, siendo muchísimo mayores que quienes mandaban en el toreo por ese entonces. Navalón le echa valor y se deja venir el toro de casi un mes de corridas con sus tardes y con sus respectivas noches para intentar volver a dar lustre a una fiesta que anda por las sombras.
Para quienes seguimos sus acertadas crónicas, Navalón es un referente, porque aparte de decir la verdad, enseña. Enseña del toro, de su forma de comportarse en el campo y en la plaza, enseña de la forma de torear porque es o fue un aficionado práctico que alternó con las máximas figuras del torero de su época, enseña de lo que ocurre en la plaza porque ha vivido como nadie el toreo por dentro y conoce todos los secretos que muchos desconocemos y a todo eso le suma su personalidad y la forma particular y sin tapujos como lo expresa.
Para Navalón el toreo anda por sus horas más oscuras y dentro de ese escenario plumbeo Madrid tiene mucho de culpa porque ya no pinta nada, cuando debiera ser la plaza que determine las temporadas, que marque tendencias, que saque de carrera a todos aquellos que nunca dicen nada en el ruedo venteño y que ponga en el sitio que merecen a los que triunfen en Madrid. Por eso se anuncia en la feria de San Isidro.
Toreros, empresarios, ganaderos y taurinos deben estar echando cruces porque la sintonía de Navalón puede echar por tierra cualquier actuación premiada exageradamente, puede hundir cualquier ganaderia bobalicona y endeble, puede acabar con la temporada de algún torerito que solo componga la figura. Sin duda la repercusión será enorme.
Por el momento la empresa de Las Ventas le teme a sus coloquios porque sabe de sus repercusiones y además que se lo ha puesto en bandeja a cualquier crítico con esa feria armada caprichosamente abonando el terreno para a poco que empiecen los desastres ganaderos se les venga el mundo encima.
Lástima grande no poder estar allí, en vivo y en directo, no solo en la plaza de Las Ventas sino frente a una leyenda que cobra vida para con sus apreciaciones y comentarios ayudar a colocar el toreo en donde debe estar.