José Antonio Villanueva Lagar… ha escrito un interesante libro con relación a la historia, desarrollo y evolución de la ganadería de San Mateo... ganadería madre de muchas en México, justo en este año en el que se cumple un siglo de la nacencia, en la provincia de Sevilla, de las primeras reses que don Antonio Llaguno González compró al Marqués de Saltillo, por mediación de Ricardo Torres Bombita.Fue así como en 1908 y por encargo de don Antonio; Bombita compró seis hembras y dos toros: Zapita, negra bragada de nota muy buena; Lebrijana, cárdena de nota superior; Vidriera, negra bragada salpicada, de nota buena; Platillera, negra mulata de nota buena; Recobera, chorreada de nota superior; Gandinguera, cárdena oscura y de nota superior. Y los dos toros: Conejo negro zaíno de nota superior; y Trianero, cárdeno oscuro y de muy buena nota.
Cabe hacer notar que a excepción de Vidriera que nació en 1906, todos los demás nacieron en 1905.
Este maravilloso libro de Villanueva Lagar, además de ilustrarnos con datos puntualmente investigados, como los anteriores, nos muestra una exhaustiva recopilación estadística y demuestra… la aportación de don Antonio Llaguno a través de San Mateo, para el desarrollo y consolidación de la Cabaña Brava Mexicana.
Pero todo en la vida tiene una explicación… y este importante libro taurino, la tiene:
Todo comenzó cuando José Antonio Villanueva Lagar, estando en Madrid hace un par de años, saliendo de la última corrida de la Feria de San Isidro, adquirió el libro Avatares Históricos del Toro de Lidia, de Domingo Delgado de la Cámara. Una importante obra, que nos descubre por medio de un estudio profuso a la Cabaña Brava Española. Sin embargo, en lo que se refiere a la ganadería mexicana, además de dedicarle casi nada… lo que escribe… carece de todo fundamento.
Como afirmara Villanueva Lagar, con relación al libro Avatares Históricos del Toro de Lidia: “Es un libro extraordinario, pero pegó un petardo en lo que se refiere a la ganadería mexicana”.
Delgado de la Cámara, entre otras cosas apunta: “El toro mejicano es un toro cimarrón, con mucha sangre inclusera de la que no creemos…”, y prosigue, sin que demuestre su conocimiento del toro mexicano: “… ¿Qué tiene que ver un borrico mejicano con un toro de Victorino? Nada”. Y llega a su feliz conclusión: “El problema de Méjico no ha sido Manolo Martínez, que dicho sea de paso, fue un gran torero. El problema es que las dieciséis vacas que se llevaron a San Mateo se ha hecho trescientas ganaderías. Que me expliquen la cantidad de sangre de esas vacas que quedan en las actuales ganaderías mejicanas”.
Una de las mejores respuestas a estas infundadas afirmaciones, la tenemos en este valioso libro San Mateo, Encaste con Historia. Por su irrebatible sustento.
Todo hace ver que para el señor Delgado de la Cámara, la Historia Taurina de México… o no existe o es algo que por ahí apareció sin dejar huella, y al llegar a esta conclusión, niega la universalidad del toreo mismo.
El toreo nació en España, y esto es un hecho irrebatible, pero en América, en este caso concreto en México, encuentra importantes aportaciones, que han logrado consolidar al toreo como una seria propuesta artística, y de esta forma trascender.
Es más… antes de que Chicuelo toreara a Corchaíto de Graciliano Pérez Tabernero el 24 de mayo de 1928 en Madrid, alternando con Cagancho y Barrera; ya había descubierto y disfrutado en México, del toreo moderno, del toreo ligado con base en largas series de pases, esto aconteció justamente el 24 de octubre de 1925, con Dentista de San Mateo, alternando ese día con Juan Silveti Mañón y Manolo Martínez, en El Toreo de la Condesa.
Pero, lector amigo, mejor les invito a leer este gran libro San Mateo, Encaste con Historia; y por supuesto que también invitamos al señor Domingo Delgado de la Cámara, porque hay una cosa que está clara, o como dicen mis entrañables amigos españoles… “tan clara como la copa de un pino”; la Historia Universal no sólo se escribe en un país o en un lugar determinado… es el compendio de toda la comunidad que habita el Universo.