La verdad, es que no se qué fue primero, si la gallina o el huevo, pero que más da. Lo mejor de todo esto, es que el toro, el torero y la afición, no entienden de razas, colores, nacimientos, residencias y demás.
Gracias a Dios, lo único que tengo claro en esta historia de “El Cid”, es que la afición, TODA LA AFICION, hemos ganado un pedazo de torero, que a buen seguro, en este 2005 y espero que en muchos años más, nos va a hacer disfrutar mucho, pero que mucho.
Manuel Jesús, era una fruta madura, que estaba a punto de caer de un momento a otro y eso lo sabíamos bien en Madrid, en donde tuvimos la suerte, por un lado de verle torear en más de una ocasión, profundo, artista y de verdad, pero también tuvimos la mala suerte de verle pinchar, una tarde y otra también, los que podían haber sido sus primeros grandes triunfos. Pero bueno, lo que quedó marcado en la retina de los que estábamos en los tendidos, era algo diferente, que teníamos muy claro que tarde o temprano iba a cambiar, sólo con el hecho de matar los toros, porque la base estaba muy firme.
Ahora, en menos de un año, han sido las dos catedrales del toreo en España, Madrid y Sevilla, Sevilla y Madrid, da igual el orden, porque ha sido un sevillano el que triunfó en Madrid y un torero de Madrid el que triunfó en Sevilla; al fin y al cabo, UN TORERO.
Sólo espero, a partir de ahora, que no se equivoque el torero y empiece a salirse de una vereda, que es la que le ha llevado por el camino del éxito y que no es otra que la del toro encastado, fiero, noble y que pide el carnet a la hora de ponerse delante. Ya sé, que es muy difícil estar todas las tardes a ese nivel y más con esos toros, pero que no se le olvide a Manuel Jesús, que el año pasado en Madrid, se apuntó a una de esas corridas de las denominadas comerciales y gracias a Dios, para él, que le salió dentro de esa ganadería, el toro con mas fiereza de la casa, que no es otro que un toro comercial pero con las ideas de uno de los otros. Pues sí, fue con ese con el que triunfó y menos mal, porque la cosa no pintaba bien. El otro día volvió a cruzarse con los comerciales y volvió a tener la suerte de que le volviera a salir el encastado y el del motor. Hay que seguir por la vereda del principio torero, que en esa otra salen toros mas aburridos y tú no estas para aburrir a nadie, tú estas para emocionarnos como nos tienes acostumbrados.
Dicen, que los niños vienen con un pan debajo del brazo, el tuyo ha llegado en este mes de abril con dos, tres, cuatro... y todos aquellos panes que tú seas capaz de llevarle en señal de triunfo en tu paseo, espero que triunfal, por toda España.
Dentro de poco, vendrás a Madrid y podremos disfrutar, espero, de tu toreo y de tu verdad.