Ahora que el empresario de la Corporación Taurina de Bogotá, Felipe Negret, parte para tierras españolas a observar la feria de abril de Sevilla e iniciar los contactos para la contratación de toreros para la temporada del 2006, temporada que conmemora los 75 años de la plaza de toros de Santamaría, le quiero solicitar que tenga a bien considerar una propuesta que agradaría mucho a todos los aficionados de la capital.
Aparte de traer a “El Cid”, a Eduardo Gallo, a Salvador Vega, a Miguel Angel Perera, a Luis Bolívar a Morante y darle la oportunidad a César Jiménez - si en Madrid demuestra lo que esbozó en Valencia - para que se haga perdonar de la afición bogotana por el plantón del 2.004, la Corporación de la plaza de Santamaría debe hacer todo lo posible por anunciar en el cartel de conmemoración de los 75 años de la plaza a la máxima figura de todos los tiempos de nuestro país y además bogotano, al maestro César Rincón, con los toros de la casa de los fundadores de la plaza Santamaría, los Sanz de Santamaría, es decir, los Mondoñedo. La ganadería con toros más bravos en la actualidad en nuestro país y la ganadería triunfadora de la última temporada en Bogotá con los premios del toro más bravo y el mejor encierro. Uno de los últimos recodos de bravura en el campo bravo colombiano, aunque ahora un poco más comerciales y menos fieros que otrora. Una alternativa sería que el maestro, en solitario, se enfrentara a los Mondoñedo para gozar de la bravura de los toros de Sanz de Santamaria y de la magnificencia lidiadora de Rincón. Todo un banquete taurino. Pero si el trago es muy fuerte se puede suavizar con la presencia de alguna de las dos figuras españolas, ya sea de Enrique Ponce o de “El Juli”, en mano a mano con César. Si los dos españoles no están dispuestos, porque sus carreras van por ahora de rositas, pues está también “El Cid”, curtido en lidiar toros encastados, como los Victorino, que lo lanzaron a los primeros lugares del escalafón mundial. Pero la prioridad sería o el valenciano o el joven Julián.
En Bogotá, en las últimas temporadas, se han anunciado las figuras más rutilantes del toreo, bueno, las pocas figuras que hay hoy por hoy en el mundo taurino. Eso ya es una constante en nuestra plaza. Ahora hay que anunciarlas, pero con una ganadería de verdad. Una efeméride como los setenta y cinco años de la plaza merece un cartel por todo lo alto y en cierto modo la afición merece una compensación por la temporada que vivimos hace unos meses, en la que todos coincidimos que los toreros quisieron pero no hubo materia prima para lograr emocionar y hubo más desilusión que otra cosa.
Ya se que van a salir voces que digan que ninguno de los tres toreros necesita de estos gestos a estas alturas de sus carreras, pero la fiesta si que necesita una inyección de emoción y una corrida como esta la puede proporcionar. La afición lo agradecería profundamente. Además estamos cansados de ver como se lidian corridas de toros bravos y luego lamentar porque no hubo toreros que la supieran aprovechar en toda su medida, como ocurrió con la última corrida de Mondoñedo en Bogotá. La frase repetida a la salida de la plaza y en los mentideros taurinos. Huy !!!, si esta corrida la hubieran matado las figuras, lo que hubiéramos disfrutado.
Rincón, Mondoñedo y Ponce o “El Juli” representarían no solo el mejor cartel para tal efeméride sino que con este hecho las figuras demostrarían que están dispuestas a realizar gestos y a revitalizar la fiesta de los toros - las grandes figuras de la historia siempre lo hicieron - y a la vez, demostrarían a la afición que también son capaces de enfrentar a toros encastados y con raza y no solo a los noblotes de las ganaderías de Domecq en España y sus derivaciones en Colombia. Revisen lo que han matado hasta ahora Rincón y Ponce en Europa. Juan Pedro Domecq, Victoriano del Río, lo de Domingo Hernandez, los Jandillas, en fin toda la vinoteca convertida en toros y los sosotes del Capea y los inválidos del Puerto de San Lorenzo.
César no tiene que demostrar nada. Es una gran figura, pero podría hacer eco a esta propuesta para también dar aire a un espectáculo agobiado por la sosería y el descastamiento y en el que los toreros van a su aire, sobre todo en América, en donde tratan de evitar las complicaciones a toda costa. César arrasó en todas las ferias de nuestro país, demostró que es un torerazo, que entre él y el que le sigue hay años luz, que con sus años y las secuelas de su enfermedad es todavía máxima figura del toreo pero ahora le pedimos que lo haga frente a los Mondoñedos. Luego podrá rebozarse cuando toreé los Ambaló, o los Gutiérrez Arango, o los Agualuna, o los de “El Paraíso”.
Ponce también nos debe demostrar que le puede hacer sus cosas y ponerse bonito con los toros enrazados y con casta y resarcirnos de haber padecido esa tarde de los Achury Viejo, ganadería que pidió exclusivamente para venir, o “El Juli”, en su faceta renovada, podría convecernos de una vez por todas de sus virtudes lidiadoras y ahora artísticas pero con toros con poder.
Los empresarios de Bogotá también demostrarán, si logran confeccionar este cartel, que pueden hacer pasar por el aro a las figuras del toreo y darle aún más categoría a la plaza capitalina. Si César no quiere traer sus toros a Bogotá, ya iniciaremos otra campaña para que en el 2007 lo haga, pues que venga como torero a matar los toros insignia de la capital.
Ya en el inicio del año 91, en los sesenta años de la plaza, se anunció una corrida de Mondoñedo para Rincón, antes de explotar como gran figura del toreo, en mano a mano con Roberto Domínguez, por esas épocas revitalizado y en figura y con gran cartel en nuestro país. Creo que fue la última corrida de Mondoñedo que mató Rincón hasta hoy. Ya es hora de que lo vuelva a hacer.
Aún no se puede decir que es un clamor de la afición pero sé que un cartel como este ilusionaría a cualquiera que se precie de ser aficionado a la verdadera fiesta de los toros. Insistiremos desde esta tribuna para que así sea y esperamos que la afición nos acompañe. Por ahora pueden hacer sus comentarios en esta misma página.