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Pla Ventura  
  España [ 29/03/2005 ]  
LAS CAMPANAS AL VUELO

Como era el domingo de Resurrección, en Sevilla, había que repicar las campanas en señal de fiesta y, eso ocurrió en el coso del Baratillo en tan señalada tarde. Echaron las campanas al vuelo y, en semejante repicar, sacaron en volandas al Cid por la puerta del Príncipe. Me alegro muchísimo por el triunfo de este muchacho que, entre honrado y heroico, hace el toreo con pureza, con verdad y, como en Sevilla, con sentimiento. Sus naturales resultaron un monumento a la plástica del más bello toreo pero, justamente, se dio cita su triunfo singular con el medio toro sin fuerzas ni trapío alguno. Repicaban las campanas en señal de triunfo y, cosas de la vida, no era precisamente la tarde más épica de El Cid puesto que, el torero de Salteras, justamente, ha toreado toros de verdad con la misma pureza que les hiciera en Sevilla a los medios toros de Juan Pedro.

Ciertamente, no fui espectador in situ en dicha corrida pero, las imágenes que he visto por TV han sido lo suficientemente elocuentes para explicar cuanto digo; luego, para colmo, un aficionado en la elite, espectador de dicha corrida, me contaba todo lo sucedido. Ahora, los toreros, de alguna manera, lo tienen todo mucho más sencillo. Existe una corriente triunfalista que lo inunda todo y, eso fue lo que pudo saborear el Cid el pasado domingo; esa corriente – y su buen toreo- le llevaron al triunfo soñado; triunfo que, en repetidas ocasiones y con el toro de verdad, emborronaba con la espada. Pero ya ven que, a veces, el triunfo es caprichoso y llega justamente cuando nadie lo espera. Obviamente, este triunfo de El Cid, dinero, no le dará ninguno porque todo el mundo debe saber que, Sevilla, puede dar categoría, como dicen los taurinos pero, caché crematístico, ni un duro, como decían antes los revisteros.

Ahora mismo, en calidad de aficionado, siento pena de que el triunfo de este torero curtido en mil batallas, le haya llegado justamente con una media corrida blanda y sin fuerzas. Y digo pena porque Manuel Jesús El Cid, a lo largo de su trayectoria, ha esculpido faenas memorables a toros auténticos y, con sorpresa para él, el refrendo de la apoteosis, le ha llegado justamente con el medio toro sin fuerzas. Lo peor que le pueda ocurrir es que se acostumbre a este tipo de toros y, su fracaso, genéricamente, está cantado de antemano. La belleza pura e incontestable de su toreo, irremediablemente, tiene que darse cita con el toro de verdad para, de este modo, granjearse la leyenda de torero válido y sin remilgos. Siento que, sus mentores, amparados por lo que ha sido su éxito, a partir de ahora, quieran incluirle en este tipo de corridas que, desde aquí aseguro que, de hacerlo así, le abocarán al fracaso con estrépito. Tiempo al tiempo. Ocurre que, El Cid, a pesar de ser de pueblo, ha llegado donde está, justamente, por haber caminado por el sendero de la verdad; su éxito sevillano, ha sido una circunstancia, su carrera, un modelo de verdad.

En dicha corrida, como en Valencia, Enrique Ponce evidenciaba cuanto yo dije; que es capaz de darle pases a una farola y, encima, le quedan bonitos. Claro que, esa oreja pueblerina que le dieron a nadie convenció. Y, El Juli, por haberse apuntado a dicha mofa, pagó con creces su insensatez y fracasó con estrépito.

Como queda explicado, me alegro sobremanera por el triunfo de El Cid, hombre honrado y torero puro, un caso casi en extinción en el toreo pero, como las imágenes nos demostraron, sobró triunfalismo en la Maestranza de Sevilla y, dicho repique de campanas, favoreció a Manuel Jesús, alabado sea. No pasa nada porque, convencido estoy, dicho torero, a lo largo de la temporada logrará triunfos épicos pero, con toros de verdad. El medio toro, aunque le haya permitido el triunfo, jamás le permitirá aumentar su caché como torero de vitola.

 
   
 
   
José Ortíz de Luenga 30/03/2005  
 
Señores comentaristas; el único que ha defendido de verdad a El Cid, ha sido Pla Ventura que, como se sabe, no se dejó llevar por la corriente triunfalisa que reinaba en Sevilla y que, en breve plazo, tando daño puede hacerle al diestro de Salteras.Desde mi óptica de Madrid, en calidad de aficionado, estoy totalmente de acuerdo con PV critic de oyt
 
   
Marco Coscia 30/03/2005  
 
En el pecado està la penitencia, tras haber triunfado en Sevilla con el medio toro, el Cid se ha apuntado a otra corrida "de garantia" con Ponce, en Arles, un indecente encierro del Puerto de San Lorenzo . El resultado ha sido un petardo sonado y una bronca de ordago para toros y toreros.
 
   
Santiago Segurola 30/03/2005  
 
Tiene razón el señor Octavio Alvarez puesto que, El Cid, debe seguir por el camino de la verdad y, jamás, por el de las corridas comerciales. Me temo que, P.V. le ha hecho un gran favor con su crítica. Bien por El Cid, pero que toree toros auténticos, como siempre lo hizo.
 
   
Alvaro Sánchez Cortés 30/03/2005  
 
Sr.Estrada: no critique tanto que, dichosos de nosotros los aficionados que, en esta web, nos dejan reflexionar, que no es poco. Pla Ventura sabe lo que dice puesto que, es un tipo avezado en el menester de la crítica.
 
   
Manuel García Enciso 30/03/2005  
 
Tiene razón el Sr.Pla Ventura cuando dice de exigirle mucho más al Cid, torero válido que adquiere mayor dimensión con el toro de verdad. Las parodias de Ponce no son buenas para la fiesta; por muy bonito que se ponga.
 
   
Octavio Alvarez 30/03/2005  
 
Ojala que el Cid sigua por "el sendero de la verdad" como Ud dice y no caiga en la tentación del engaño como sus alternantes, especialmente PONCE...La Fiesta requiere ahora más que nunca Toreros que convienen no sólo a Estética sino también la ETICA.
 
   
Ramòn Estrada 29/03/2005  
 
PARA SENTIR HAY QUE ESTAR EN LA PLAZA, NO SE PUEDE VIA SATELITE NI POR RECOMENDACIONES EXTRAÑAS DESCALIFICAR LO QUE NO SE VIO EN VIVO. ASI QUE NO SE PUEDE JUZGAR DE LA MISMA MANERA AFUERA QUE ADENTRO. PIERDE RELEVANCIA CUALQUIER CRITICA PERIODISTICA TAURINA!.
 
   
Carlos Suso 29/03/2005  
 
Las sensaciones y emociones se viven en directo Sr. Pla. Lo que ve "enlatado" pierde la inmediatez del momento y del entorno. Piensa que dos orejas son exageradas, pero ni una sola voz portestó en la plaza. Y no fue a un juanpedro sino de Parladé al que le cortó las orejas. Estoy de acuerdo en que también se las va a cortar a toros con más de todo.
 
 
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