La empresa que rige los destinos de las Ventas en Madrid, sin lugar a dudas, cuenta con un elenco de profesionales que, sin ellos, no sería posible la realización de los espectáculos taurinos. José Antonio Martínez Uranga es sólo la figura representativa mientras que, tras él, como explico, un gran equipo trabaja con denuedo para que la organización sea todo un éxito. Pero, ya empezamos mal. Resulta que, en el anuncio cartelero de las corridas de toros del pasado domingo como la del venidero, es decir, mañana, reza en los carteles que las corridas de toros empezarían a las 5 de la tarde y, la auténtica verdad es que, de ser así, mañana domingo, a esa hora, mucha gente no habrá terminado de comer porque se habrá cambiado la hora y, los toros, empezarán a las 6 de la tarde.
Y, con relación a lo del cambio horario, eso lo saben hasta los niños de pañales, por tanto, nadie comprende ese error mayúsculo por parte de los profesionales a los que aludo que, vaya desconcierto han sembrado en Madrid por no tener la previsión del cambio de hora. Esta noche, los relojes se adelantarán una hora pero, eso lo sabía todo el mundo; hasta lo deberían de saber los que rigen la plaza de las Ventas porque, menudo barullo se formará con el dichoso cambio de hora; algunos, como digo, si no se dan por enterados, tendrán que echarse el bocadillo en el bolsillo y salir raudos y veloces hacia la plaza de las Ventas.
Parece una tontería pero, estamos hablando de un error mayúsculo que, una empresa de esta entidad, jamás debería de haber cometido; no ya por el error en sí, sino por la confusión que estará reinando ahora en Madrid entre sus aficionados. Como explico, se trata de una falta de coherencia, previsión y, ante todo, de saber en qué mundo vivimos. Mal comenzamos. Los gestores son los que tienen la obligación de estar al tanto de todo; como se demuestra, cualquier “leve” fallo, puede ocasionar un caos tremendo.
Entiendo que es una cabronada lo del cambio de hora; eso de que nos quiten una hora de dormir, además de lamentable, me parece horrible, pero no queda otro remedio que acatar las normas y, estas, atemperarlas a las circunstancias. Y ese mismo cambio de horario es el que, en los primeros días hará que reine la confusión y el desconcierto; todo ello, por el propio reloj. Si a dicho caos, le añadimos, como ha pasado en Madrid, el no anunciarlo a los aficionados, entonces el desastre ya es de época. A muchos les podrá parecer una broma pero, el dichoso cambio de hora, como no lo anuncien a bombo y platillo y pongan carteles rectificados hasta en la Puerta del Sol, el conflicto puede ser extraordinario.
Recordemos que, mañana domingo, las corridas, en Madrid y en toda España, empezarán a las 6 de la tarde puesto que, el cambio horario, así lo demanda. Respecto a las Ventas, quiero pensar que, tanto para el domingo de Ramos como para el de Resurrección, se hicieron los carteles al mismo tiempo y, como explico, nadie cayó en el referido cambio de horario. Cuestión nada baladí cuando estamos hablando del tiempo, sin lugar a dudas, el bien más sagrado de todo ser humano; y digo sagrado porque, todo aquel que lo emplea adecuadamente, está benditamente condenado al éxito.