Realmente, espero que lo sucedido ayer en la Plaza de Toros de Madrid, no sea preludio de lo que puede suceder durante esta temporada 2005. Si realmente, como así nos lo hizo saber la nueva empresa, estos tres novilleros actuantes en el festejo de ayer, formaban parte de la nómina de triunfadores de la temporada pasada y tienen que ser parte fundamental de esta que comienza dentro del escalafón de novilleros y de futuros matadores de toros, pues, ¡apaga y vámonos!.
Sí, apaga, porque para lo que hay que ver; y vámonos, porque si esto sigue igual, al final nos quitan las ganas de ir a los toros y para que nos las quiten, es mejor quitarse de en medio antes y no volver a la plaza. Podemos salvar de la quema a Ismael López, novillero con un corte muy bueno y con una calidad extraordinaria, pero que por unas cosas u otras no termina de romper en el buen torero que se le supone, pero es que sus compañeros de terna ayer domingo, no hay por donde cogerlos.
Extraño resulta que uno de ellos, resultara triunfador en un prestigioso certamen de novilleros el pasado año. Más extraño aun resulta pensar que el otro, tomará la alternativa esta misma semana en la Plaza de Toros de Valencia. En estos momentos es cuando pienso que tenían que existir exámenes como en los colegios, para poder ir superando los escalones, porque este novillero está más cerca de bajar uno que de subirlo.
Pero, lo más extraño de todo, no es eso, ya que, lo que nunca llegaré a concebir, es el que estos dos novilleros lleven, bien de apoderados, bien de representantes o como quieran llamarlos, a dos pedazos de figuras de los banderilleros en los últimos años y que estos mismos no sean capaces de ver, o lo mismo, o yo estoy equivocado y soy demasiado romántico. Quizás, es que no quieren verlo por algún motivo en especial y de esa manera no son capaces de decirle a “su torero”, que lo deje para mejor ocasión o que para venir a Madrid hay que venir en otras condiciones; o que entrene más, o que se cruce, o tantas y tantas cosas que seguramente le harían mejor a su novillero, que escondiéndole la verdad, porque al final de todo, el toro pone a cada uno en su sitio.
Aun así, también a los dos novilleros de ayer, les otorgo el beneficio de la duda y les cedo cierto margen, necesario para los jóvenes como ellos y espero que lo de ayer solamente fuera un mal día y que las pocas cosas buenas que les vi, se desarrollen en muchas mas ocasiones y sigan creciendo como lo que son, principiantes -si es que todavía se puede llamar así a quien en cinco días será matador de toros- en el difícil mundo del toreo.
De todas maneras y volviendo al principio, si esto es lo que hay, miedo me da el tener que asistir este año a muchas novilladas, porque además dicen por ahí que el hijo del Cordobés está convenciendo a todo el mundo y yo no puedo opinar porque no le he visto nada más que en fotografía, pero sólo la manera de verle como coge la muleta y su colocación, miedo me da el tener que sufrirlo en la plaza.
Eso sí, espero que aunque sean pocos, no me defrauden Sergio Marín, Álvaro Justo, Ismael López y espero y deseo que alguno más que aparezca por el escalafón.