CURRO ROMERO: LA LLAMA QUE MANTUVO VIVO EL FUEGO DEL TOREO
(Nota.- Publicado originalmente en “MT” con fecha 29 de Noviembre de 1983.)
Según van pasando las semanas, nos sentimos más seguros de la necesidad de ir amarrando los eslabones de esta cadena. Junto a Manolo Vázquez y Joaquín Bernadó, que fueron el inicio de esta andadura, quedando en el futuro para impartir las clases histórico-teóricas, añadimos la pasada semana otro preciado eslabón, el del maestro Antoñete, éste ya para la enseñanza práctica, pues es torero en activo. Todos ellos, poco a poco, van configurando nuestra RESERVA DEL TOREO.
Las páginas de MT, en este singular camino que estamos recorriendo con nuestros lectores, reciben hoy al llamado “Faraón de Camas”, CURRO ROMERO. En la mitad de este viaje, que realizamos a través de los diestros más veteranos, nos encontramos con este curioso fenómeno, que siempre ha representado y representa un punto y aparte en la historia del toreo. Intentaremos descubrir los muchos matices que giran en su entorno profesional, con la secreta esperanza de que nos ayuden a desvelar una parte importante de su mítica personalidad.
Francisco Romero López “CURRO ROMERO”, nace en Camas (Sevilla), el domingo día 1 de Diciembre de 1935. Tuvo que ser, no había otro remedio, en domingo, día de fiesta, pues una fiesta suponía la llegada al mundo de tan importante personaje. Con el correr de los años, hace realidad su sueño, vestirse de luces y, con ello, comenzaba una de las carreras más espectaculares y míticas del toreo. Su debut con picadores, tiene lugar en Utrera (Sevilla), el 8 de Septiembre de 1954. Cuatro años han de pasar para que se presente de novillero en Madrid, lo que hace el 18 de Julio de 1958. El famoso “frasquito de esencia” estaba en marcha. Su eterna desigualdad empezaba a crear el mito. Toma su alternativa en las Fallas valencianas el día 18 de Marzo de 1959, siendo su padrino Gregorio Sánchez y el testigo Jaime Ostos, los toros pertenecieron a la famosa ganadería del Conde de la Corte. La confirmación de alternativa se produjo el día 19 de Mayo de 1959, cediéndole los trastos, como padrino Pepe Luis Vázquez y actuando de testigo, su también paisano, Manolo Vázquez; el toro de la ceremonia se llamaba “Lunito”, nº 28 de la ganadería de Eusebia Galache. Por entonces, Madrid ya vive la expectación que siempre ha de acompañar a este torero hasta nuestros días, convirtiéndose en el diestro más esperado de los últimos veinticinco años.
Nos proponemos contar a los lectores, en un intento arriesgado, pero no exento de un análisis frío y pormenorizado, basado en la historia y carisma de nuestro protagonista de hoy, CURRO ROMERO, lo que nos ha motivado a darle el título de: LA LLAMA QUE MANTUVO VIVO EL FUEGO DEL TOREO.
Se ha dicho siempre, que los toreros artistas no interesaban al gran público, pues no se prodigaban todos los días y el público prefiere a los toreros voluntariosos y de entrega. Esta aseveración, además de no ser cierta, es inexacta. Es incierta, pues como hemos dicho anteriormente, CURRO ROMERO, ha sido el torero más esperado de los últimos años, llenándose las plazas al conjuro de su nombre, aún a sabiendas, de que difícilmente va a redondear su tarde o se va a esforzar lo más mínimo. Ya sé, algunos argumentarán que es un caso único y que no sirve como ejemplo; nos permitimos recordar, que a título de muestra, Manolo Vázquez y Antoñete también son catalogados de artistas, siendo reciente su poder de convocatoria. Decimos que es inexacta, pues quizás haya que hacer la matización siguiente: si bien es verdad, que otros toreros han sido interesantísimos, cara al gran público, no es menos cierto, que no lo eran o no lo son de cara a los aficionados auténticos, siendo estos, paradójicamente, los que se encargan de cubrir los huecos que dejan vacíos la gran masa de público, al no garantizarles que el torero-artista va a poner su máximo empeño en conseguir cantidad de pases, aunque todos ellos carezcan del más mínimo sentido artístico. Es en este detalle, donde nos apoyamos para decir que no es exacto, pues como hemos explicado, los públicos asistentes, suelen ser diferentes, no asistiendo masivamente los aficionados, que cada vez van quedando menos, cuando en los carteles no ven anunciados a toreros que puedan, en un momento dado, hacerles sentir EL TOREO.
La evidencia es clara: a costa de los viejos y auténticos aficionados del ARTE DE TOREAR, el espectáculo ha seguido teniendo vigencia, pero se ha ido perdiendo su más profundo sentido artístico, que hemos recuperado recientemente con la vuelta de los veteranos maestros, que han vuelto a poner EL TOREO en su sitio. En estos momentos, de cara al futuro, los empresarios tienen la palabra, su palabra. La nuestra ya la estamos dando y con ella, aseguramos, pues se está haciendo desde muchas tribunas, la de todos los buenos aficionados.
Independientemente de las muchas cualidades, que como artista, tiene el mítico CURRO ROMERO, y los ríos de tinta, hablando de sus supersticiones, duendes, trances, etc., queremos centrarnos, principalmente, en los motivos por los cuales fue siempre tan esperado por los aficionados. Quizás ni él mismo lo sepa, quizás, todo sea producto de un lanzamiento comercial bien elaborado en sus comienzos, quizás sea, que su progenitora, con todos nuestros respetos para tan agraciada dama, dijera al nacer: ¡Ahí va eso, que no se “pué aguantá”!, quizás, fuera esto último, pues es evidente que el llamado “frasquito de esencia”, lleva montones de años haciéndonos exclamar: ¡No se “pué aguantá”!, y en esta exclamación, aunque por distintos motivos, hemos coincidido siempre, tanto sus más fervientes seguidores, como sus más frenéticos detractores. Nuestro frío análisis, nos ha llevado a considerar otra hipótesis, cual es: LA LLAMA QUE MANTUVO VIVO EL FUEGO DEL TOREO.
Ya decíamos, que basados en su carisma y su historia, que va lógicamente unida a la más reciente historia del toreo, pretendíamos, arriesgadamente, dar los motivos de ese título. Pues bien, a CURRO ROMERO le ha tocado vivir en una época especial, compartiendo sus primeros años con la presencia de grandes maestros del toreo, para pasar después a una etapa de sequía casi total, en cuanto se refiere a toreros que practicaran el toreo más clásico y puro, que como sabemos se ha de basar en la inspiración, en la impregnación de calidad, en la imaginación delante del toro, en el relajamiento y la naturalidad al interpretar el toreo, etc.. Todo ello, hizo, ha hecho, que los aficionados amantes de todas esas facetas del ARTE DE TOREAR, tuvieran que confiar, en exceso, en ser testigos presenciales de las actuaciones del “Faraón de Camas”, pues era en él, en sus destellos toreros, en donde se podían esperar todas o parte de esas cualidades, dando por buenos los paréntesis necesarios, para poder presenciar lo que tanto amaban. No importaba, que tarde tras tarde, lo entregara con el cuentagotas de su “frasquito”, pues era imprescindible, para poder seguir manteniendo viva la ilusión por la magia del toreo.
De ahí, que la llama del fuego del toreo no se apagara, bien es verdad, que nunca llegó a avivarla del todo, pero cierto es, que de vez en cuando le daba el airecillo necesario para que no se consumiera el fuego. Últimamente, con la llegada de los maestros mencionados, ya no ha sido tan necesaria su presencia en los ruedos, pues no ha hecho tanta falta su airecillo, pero convengamos, al menos, que ha cumplido una misión histórica e importantísima, durante muchos años en nuestra Fiesta, que debemos agradecerle y hasta creemos que nunca se le ha concedido el mérito, ni la categoría, que hoy en estas páginas queremos reconocerle. Todo lo expuesto, no tiene por menos, que ser la base fundamental, para que nosotros le hagamos entrar, con todos los honores y sin restarle los méritos que su aportación artística nos merece, en nuestra RESERVA DEL TOREO, con la importante misión de que no deje nunca que este fuego, EL TOREO, se nos apague sin remisión. Teniéndole en la “reserva”, siempre podremos esperar que alguien herede su mítica personalidad.
Confiemos en que los Sres. Empresarios acepten el reto, ayudándonos, con un claro sentido de responsabilidad en esta, creemos, hermosa tarea, que representa el apoyo y promoción de los mejores valores del toreo. Nosotros, al margen de dedicar nuestra más rendida admiración a EL TOREO y sus mejores intérpretes, con la escritura de estos artículos, aseguramos, que caso de cotizar en bolsa los valores del toreo, a quienes estamos engarzando en esta cadena, ¡sin duda, compraríamos!.
La próxima semana: RAFAEL DE PAULA: EL SENTIMIENTO GITANO