Acaba de terminar la temporada taurina en Colombia y hay que hacer balances. El primero que se viene a la mente es que el ganado no funcionó. La mayoría de ganaderías colombianas están hundidas en el pozo profundo del descastamiento.
Algo que no deja de ser paradójico porque ya es costumbre que todos lo años y ahora en mayor cantidad, nuestros ganaderos venden corridas para el exterior. Para Lima, para todas las plazas venezolanas y ahora para Quito. Entonces cabe hablar de lo que estamos hablando o es que las ganaderías de estos países hermanos están tan mal que tienen que llevar lo colombiano, que transita por la mansedumbre ?
La evidencia es que las ganaderías colombianas, en esta temporada, dejaron mucho que desear y son las causantes de una temporada aburridota y sin grandes cosas para resaltar.
Se salvan de la quema las ganaderías de Luis Fernando Castro, la de Guachicono y la de Alhama que soltaron en Cali toros con motor, con casta, no todos, pero algunos con ese punto de fiereza que tanto escasea.
Se salva Mondoñedo, aunque vendió sus ideales y sus toros fieros a los intereses comerciales del negocio y en Bogotá salieron toros buenos pero ya no con esa explosión de fiereza y si en la tónica de la bravura comercial.
Se salva Santa Bárbara, que está haciendo el curso como es. Lidiando novilladas para ganar un espacio en las ferias grandes ya con corridas de toros.
Se salva Las Ventas del Espíritu Santo, que tiene toros con calidad, pero con esa calidad de dulcecito que tiene el latente riesgo de pasar al descastamiento. Pero por ahora se salva. Sin embargo tendrá que ratificarlo en Bogotá aunque su dueño, Cesar Rincón, por ahora no lo quiera.
Se salva lo de Ernesto González, pero necesita un triunfo resonante para volver a los puestos principales y a imponer la bravura de Santacoloma.
La de Orbes habrá que verla en corrida de toros para dimensionarla verdaderamente porque por ahora la hemos visto en corridas de rejones.
Y las demás ? Pues a profundo examen y algunas a unas vacaciones prolongadas mientras encuentran un toro decente que presentar.
Agualuna- Zalduendo, toros en el límite de la casta, aunque en Bogotá se taparon por quienes los lidiaron.
El Paraíso, que tanto boom causó hace unos cuatro años, ahora nada por las aguas de la mansedumbre y sin por ahora vislumbrase salida a la superficie.
A examen de todo lo de Achury Viejo, que debiera dejarnos descansar unos años. Una ganadería llevada a control remoto y encargada a un torero. De ahí sus productos mansos y descastados.
Los siempre bien presentados de Juan Bernardo Caicedo resultaron pura fachada. Será un bache ? porque hace dos años se llevaron todos los premios. Hace falta humildad para que lo reconozcan, pero así es. Una temporada más para ver si se recuperan.
Lo de Ambaló y Puerta de Hierro al límite de volverse borreguitos. Toritos de almíbar que no molestan a nadie pero sin transmisión ni emoción.
Fuentelapeña, sin encontrar el rumbo luego de la muerte de su dueño.
A Icuasuco le sucede lo mismo, después de la muerte de don Raúl no se ha encontrado el toro bravo que siempre caracterizó a esta ganadería.
Salento, hace mucho rato no saca un toro con calidad.
La Carolina otros que están sin casta y desde hace tiempo.
Algunos dirán y lo de Gutiérrez Arango que proporcionó la triunfalista tarde de las nueve orejas en Manizales, pues nada. Son unos animalitos tan pero tan chiquitos y tan sin pitones, y son tan pero tan dulces y noblotes que parecen no borregos sino perritos falderos que acompañan la muleta de los toreros con la bondad de una monjita de la caridad. Por ahí también va lo de Dosgutierrez.
Pero el problema es únicamente de los ganaderos ? No lo creo. Hace poco el empresario de Bogotá clamaba en un foro de internet que la ayudaran a encontrar ganaderías encastadas para la próxima temporada, pero..... que las mataran las figuras. ¡¡Ay que problema!!!. Estos figurines de ahora que piden toros bobalicones y descastados para venir a placer, sin darse cuenta que por estos pedidos tienen sumida a la fiesta en la crisis actual. Ponce pidió la de Achury Viejo y el fracaso fue estruendoso. Quién tiene la culpa ? Los ganaderos que crian toros para el gusto de los toreros, los toreros que piden este tipo de toro o los empresarios que lo permiten ?