Yo me río de todos aquellos que dicen que los milagros no existen porque, la gran realidad, en el ámbito que fuere, encontramos un milagro que no es otra cosa que aquello que se nos escapa de la lógica y la razón y, en el mundo de los toros, el caso de Gregorio Tébar El Inclusero, aunque él quizás no comparta nuestra idea, es todo un milagro.
La estética y el gusto en las manos de El Inclusero
Se cumplen ahora, el día de San José, los primeros cincuenta y tres años de la alternativa en Valencia del maestro El Inclusero, algo que le podría suceder a cualquiera que haya sido matador de toros, pero lo que no es nada normal es que El Inclusero siga en activo, pese a que hace algún tiempo no le dan corridas de toros que, de dárselas, con toda seguridad que las aceptaría. Pero ahí están sus incursiones en festivales, tentaderos, lecciones prácticas y todo aquello que tenga que ver con la creatividad taurina puesto que, el maestro Tébar, muleta en mano sigue siendo un referente como nos demostró días pasados en el último tentadero en que participó.
Gregorio Tébar El Inclusero, por las connotaciones de su vida puede hablar de ser un hombre de suerte; yo diría que el de más suerte en el mundo puesto que, sus contemporáneos, desdichadamente, muchos han muerto mientras que la inmensa mayoría de los pocos que quedan, como máxima tarea ésta no es otra que darle migas a las palomas en la plaza del pueblo o, en su defecto, contarles batallitas a los nietos que, Gregorio Tébar, como abuelo, seguro que lo hará, pero la gran realidad es su actividad permanente puesto que, la muleta entre sus manos sigue siendo su seña de identidad.
La figura erguida para interpretar el natural
Después de más de medio siglo de doctorarse, no importa el tipo de toro o de vaca con el que se entrene o actúe; lo que en verdad nos cautiva es su torería inmensa, sus formas, sus maneras llenas de autenticidad que, sin duda, la dan sentido a su arte, el que siempre alumbró por los ruedos del mundo. Su figura sigue siendo bella, sus formas tan estéticas como siempre y su manera de citar a sus enemigos todo un referente cuando hablamos de arte.
Muy dichoso debe de sentirse El Inclusero al pensar que es el torero más longevo del mundo que, para nuestra suerte, como si los años no hubieran pasado, sigue impartiendo lecciones de torería. Como antes decía, todo un milagro entre la torería actual que, dicho sea de paso, mucho deberían de aprender del maestro alicantino que, para mayor dicha, hasta imparte lecciones de torería a varios novilleros alicantinos que, a su lado saben que tienen un maestro irrepetible.
Hagamos historia, la alternativa de El Inclusero en Valencia
Días pasados, cuando le vimos actuar en un tentadero, además de extasiarnos con su arte, los que somos coetáneos suyos no nos queda otra opción que felicitarle, abrazarle y pedirle al destino que nos lo conserve muchos años más en activo, razón de todos los años que nos quita puesto que, cuando actúa El Inclusero, los que somos sus admiradores y de su tiempo, tenemos la sensación de que no hemos envejecido.
Desde hace mucho tiempo El Inclusero es puro referente para los toreros; un torero de toreros que, si alguien piensa que fue poco en el toreo puede consultar la enciclopedia Wikipeia que allí encontrarán los datos, decenas, cientos, de datos que dan testimonio de lo que ha sido su carrera que, como se sabe, tuvo que luchar contra los toros y las circunstancias que siempre le rodearon que, por culpa del maldito sistema que hace tantos años que entregó en vigor, El Inclusero no llegó hasta donde su arte merecía pero, repito, ahí están sus hechos que dicen más que todas mis palabras.
La naturalidad al servicio de el arte, El Inclusero
Un caso único en la historia del toreo que, si el destino le privó de muchas cosas materiales, a fin de cuentas le premió con el tesoro de la salud y la eterna juventud para que, con más de medio siglo de alternativa siga siendo lo que conocemos como un torero en activo. Ahí están las pruebas.