De todos es sabido la difícil situación física que está sufriendo Vicente Ruíz El Soro en que, como él mismo ha confesado, hasta tiene miedo de que se le ampute la pierna enferma; lleva varios meses con dicho calvario, razón por la que como él ha dicho, espera el milagro de poder salvar su pierna y, por ende su propia vida. Lo dicho, El Soro está en manos de Dios que, si se me apura, al margen de la ciencia, son las mejores manos.

Ante un caso como el de El Soro, todos, taurinos, aficionados y gentes del toro, TODOS, sin distinción, debemos de orar para que se restablezca este hombre que, como la vida le ha demostrado, está pagando una factura carísima en la que con toda seguridad no es acreedor a la misma. Pensar que ha pasado 68 veces por el quirófano por culpa de las cornadas y, de forma muy concreta, por la lesión de su pierna, el panorama nos parece desalentador, yo diría que dantesco.

Las banderillas de El Soro el día que reapareció en Valencia

Cuando tras tantos años en el dique seco por la lesión aludida, hace cinco temporadas reapareció en Balmaseda, Játiva, e incluso en su propio pueblo, Foyos, para darle la alternativa a su paisano Rafael de Foyos, aquello nos ilusionó a todos puesto que al año siguiente reaparecía con todos los honores en Valencia por Fallas; parecía que, por fin, El Soro había vencido al destino con la mala fortuna que venía arrastrando. Aquella su actuación en Valencia nos ilusionó a todos; no pensando que pudiera hacer una temporada grande, pero el hecho de pensar que pudiera haberse restablecido y que pudiera torear alguna que otra corrida y algunos festivales, con ello nos bastaba y nos sobraba para alegrarnos por el diestro de Foyos.

Pero el destino ha sido cruel y caprichoso porque cuanto todos creíamos que El Soro había recuperado la normalidad en su pierna, justamente, desde aquel momento ocurría todo lo contrario puesto que, un virus criminal se instaló en su cuerpo, concretamente en la zona de su pierna maltrecha y, por si faltaba algo, el pasado año sufrió un infarto por el que salvó la vida de pura milagro. Desde aquel momento El Soro está siendo sometido a diversos tratamientos con la finalidad de recuperar su pierna puesto que, según sus propias confesiones, como antes decía, Vicente Ruíz siente pánico por aquello de que se le pueda amputar la pierna. Pongámonos en su piel y lo entenderemos todo.

El Soro, espectacular con el capote en la misma fecha

Recemos, lo digo desde lo más profundo de mi corazón. Hagámoslo por el torero valenciano que, a su modo y manera, mientras estuvo en activo ilusionó a la afición valenciana con más pasión que el propio Enrique Ponce; sí, porque Visentet era capaz de conectar con la masas con más fervor que ningún torero de Valencia, lo dicen sus hechos, sus actuaciones, sus triunfos al más alto nivel en la capital del Turia.

Como él dijera, aunque no pudiera torear, en el peor de los casos le pedía a la vida un discurrir de los años con paz, serenidad y, ante todo, con salud; él sabía que seguir toreando era más que un milagro y, aunque fuera de forma breve, lo consiguió. El Soro pedía envejecer con salud y, pese a que todavía es un hombre joven puesto que, 57 años, con el bagaje de vida actual se le puede considerar un hombre joven. Su cuota de color entendemos que la ha pagado con creces puesto que, han sido más de veinte años de intervenciones quirúrgicas con el consabido dolor en todos los órdenes, razón la que como digo, aboguemos todos ahora por la salud de este hombre que ha pagado con creces los pecados cometidos, si es que alguna vez cometió alguno.