En un despliegue editorial sin precedentes, el diario ABC de Madrid, anuncia, en el día de hoy, la biografía de Curro Romero en que, dentro de la colección de biografías contemporáneas, dicho diario, ha incluido, dentro de este repertorio, entre diversas personalidades de nuestro tiempo, al gran Curro Romero; libro biográfico sobre su vida que, el próximo domingo, el rotativo madrileño, obsequiará a todos sus lectores.
Con este libro, el mundo de las letras, está de enhorabuena y, mucho más, la afición taurina que, gracias a Antonio Burgos, el biógrafo, una vez más, nos deleitaremos con las vivencias del torero más carismático de los últimos cincuenta años. Habría que decir que, nadie como Antonio Burgos para narrar semejante biografía puesto que, el periodista y escritor sevillano, en semejante quehacer, ha puesto alma y vida; corazón y sentidos y, ante todo, una enorme pasión cual se demuestra en las páginas de este libro aleccionador y sencillo, pero lleno de grandeza puesto que, las vivencias de Curro Romero, como su obra, no son tarea baladí.
Ciertamente, pensar que Antonio Burgos nos escribe los datos biográficos de alguien que, como Curro Romero, es contemporáneo de nuestra vida y nuestra sociedad actual, ello es refrescante. Los aficionados que conocemos al artista, el mismo que tantas veces hemos admirado, ahora, al leer estas páginas, irremediablemente, conoceremos al hombre y sus vivencias; a un ser humano que, viniendo de la nada, justamente desde una cuna de paja, al paso de los años, con su valor, su arte, su enjundia y su personalidad, ha sabido granjearse, además de la fama de que goza, del enorme respeto, tanto del mundo del toro como de la sociedad en que vive.
De Curro Romero, sin lugar a dudas, se han escrito las páginas más bellas de la literatura taurina; tanto en sus crónicas que siempre propició, así como en las entrevistas y reportajes que el mundo del periodismo ha sabido legarnos a los aficionados actuales. Quizás que, para que la “faena” fuera perfecta, nos faltaba la biografía apasionada en que, Burgos, como explico, ha escrito del “Faraón”, como nadie en el mundo podría hacerlo. Yo he tenido la suerte de leer este libro y, confieso, sin temor a equivocarme que, la prosa de Burgos es todo un lujo; pero lo es mucho más las vivencias que en dicho libro se relatan que, sin dudar, nos acercan y nos adentran en el alma de un ser plagado de virtudes que, su único defecto, caso de Curro Romero, es su humildad sin falsas modestias. Curro Romero es un hombre solitario, un ser especial que, en ocasiones, el mundo no sabía comprenderle. Al final, tras cuarenta años ininterrumpidos de ciencia taurina, todo el mundo ha tenido que claudicar ante la grandeza de un ser excepcional y mágico.
Podremos ver, en dicho libro – yo ya tuve la suerte de deleitarme- las mil y una vivencias del maestro, tanto en su faceta artística, como su lado humano. Entenderemos, sin lugar a dudas, que dentro de aquel precioso terno y oro que Curro Romero se enfundaba, había un hombre de carne y hueso que, a veces, la vida le golpeaba de forma brutal. Veíamos, claro está, al Curro Romero artista; es decir, ése era el que queríamos ver una tarde sí y otra también. Y era lógico que así lo pretendiéramos. Pero no éramos capaces de calibrar que, dentro de aquel vestido de seda y oro, había un hombre que, en muchos momentos de su vida, era golpeado con saña, de ahí, en ocasiones, sus miedos y espantadas. Y, cuidado, que no estoy justificando a nadie; habíamos pagado una entrada para ver al artista y, para el aficionado, el hombre y sus sinsabores, deberían de quedarse en casa. Esto, qué duda cabe, podía ser así de simple; pero, como explico, la realidad era muy otra. A veces, presiones de otro tipo, empujaban al artista a ser valiente cuando, como a Curro le pasaba, por momentos, el hombre que llevaba dentro estaba totalmente derrotado.
Son muchas las situaciones vividas por Curro Romero; innumerables y casi todas, rociadas de esa magia que él era capaz de envolver su vida y su obra. Como explico, en esta obra biográfica, Antonio Burgos, el feliz autor, ha sabido dar en la diana del éxito puesto que, nadie como él conocía desde tan adentro al mítico torero sevillano. Tras leer dicho libro, sólo me cabe darle las gracias al admirado Antonio Burgos y, a su vez, mostrarle al irrepetible Curro Romero, nuestra admiración sin fronteras.