Así como reza el título de mi ensayo es la proclama que define al acto más importante a celebrar en la ciudad de Latacunga por tierras ecuatorianas. POR MIS TRADICIONES, EN LIBERTAD, no es otra cosa que un canto esperanzado hacia el mundo para que sepan desde cualquier confín de la tierra que, un grupo de aficionados al más alto nivel, desde la propia ciudad citada, así como desde Quito, ambas aficiones reclaman y claman por la libertad que un mal día de la vida, un irreverente mandatario llamado Rafael Correa, Dios lo tenga en su siniestra, es decir, alejado de la política, tras un referéndum ilegal logró que se prohibieran las corridas de toros en su grandeza como espectáculo.

Cartel del festival que se celebrará en Latacunga, Ecuador

Los responsables de POR MIS TRADICIONES, EN LIBERTAD, han organizado en Latacunga un magno festival para que el mismo sea todo un cántico de libertad para todos los aficionados ecuatorianos que, como se sabe, se cuentan por centenares de miles; la feria de Quito, en su plaza de toros Iñaquito era el referente a todo lo que digo puesto que, dicha feria era la admiración de todas las ferias de Hispanoamérica. Recordemos que la plaza de toros de Quito fue inaugurada hace cincuenta y ocho años por el número uno, es decir, Luís Miguel Dominguín que, acompañado por el gran Pepe Cáceres y Manolo Segura hicieron el primer paseíllo en Iñaquito.

En el festival que aludimos para el próximo 12 de enero de 2019, actuarán los españoles Javier Castaño y David Galván junto a los ecuatorianos Mariano Cruz Ordóñez y José Francisco Hinojosa. Este acto, además de que es un gran festejo taurino, lo que pretende es la concienciación de todo el pueblo quiteño al que se le hurtó la dignidad de poder asistir a las corridas de toros que, aquel absurdo presidente logró que se cerrara dicha plaza, así como la prohibición por parte de la televisión de todo aquello que huela a toros, amén de la prohibición de que los niños puedan ver ningún espectáculo taurino.

Desdichadamente, las corrientes devastadoras que nos arrastran en España hacia la prohibición de las corridas de toros, de tal maleficio no escapa ninguna nación y, desdichadamente, Ecuador no se ha escapado de tan singular desventura. Aquello de que esos políticos de ahora que solo pretenden prohibir a lo que a ellos no les gusta, en realidad no es otra cosa que la implantación de la peor de las dictaduras, la que sufrimos en España y, como se ha demostrado, la que se ha esparcido por el mundo.

Clamemos todos juntos, unámonos al sentir de Latacunga, alcemos nuestro grito de protesta ante aquello que nos han robado y que queremos defender con toda la honradez del mundo porque, la fiesta de los toros ha sido declarada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por tanto, que un político incoherente, llamémosle como queramos, no debe de tener licencia para prohibir algo que es de todos.

Afiche con el piden justicia los aficionados quiteños

Ahora nos unimos junto a Ecuador pero, mañana será ese país el que nos refrendará a nosotros que, como digo, la fiesta de los toros sigue estando en el punto de mira de tantos desaprensivos que, para nuestra pésima suerte, han llegado a la política con el ánimo de la destrucción mediante el odio de rezuman por aquello de que un grupo de descerebrados les han seguido de forma contranatural, para desdicha de todos los amantes de la fiesta de los toros.

Ecuador y concretamente su capital, Quito, sigue estando en pie de guerra para tratar de que se anule aquel referéndum ilegal que se cargó la fiesta de los toros en el Centro de la Tierra. El acto citado es uno más, como los muchos que ya se han celebrado y, para nuestra fortuna, los que se seguirán celebrando hasta conseguir la bendita realidad de que Quito debe de seguir siendo, taurinamente, la ciudad emblemática de toda Hispanoamérica puesto que, casi sesenta años de historia no pueden borrarse porque un malvado así lo ha dicho.

Enhorabuena a ese grupo de aficionados que han sido capaces de alzar su voz y, lo que es más importante, contárselo al mundo mediante distintos comunicados de los que se han hecho eco todos los medios de información más importantes del mundo. Latacunga bien merece una ovación, Quito una bendición y todo Ecuador el respeto de todos los aficionados del mundo puesto que, todos, sin distinción, como decía, recuerdan a la feria del Jesús del Gran poder, es decir, la feria quiteña por antonomasia.