Frank Cuesta en Las Ventas. Foto: elmundo.es

El programa, como digo, ha dado para mucho sobre todo por el efecto que ha tenido sobre el colectivo animalista. Intransigentes y sectarios como acostumbran a ser, no le han perdonado a Frank la osadía de querer conocer qué hay de verdad y de mentira en todo aquello que contamos, unos en defensa, otros en contra. Ya sabemos todos que esta gente tiene una obsesión perversa y un odio, que incluso ha provocado delitos, acérrimo hacia los aficionados,  y que no son capaces no ya de reflexionar sobre, sino ni siquiera de escuchar lo que tenemos que decir en nuestra defensa. Sí, en nuestra defensa una vez que se nos llama asesinos, se nos desea la muerte en público, se  muestra alegría cuando ésta acontece; nos defendemos, para qué vamos a engañarnos. Y así llevamos mucho tiempo. Así que no le han perdonado. Y como no podía ser de otra manera, en el ataque sale a relucir esa tendencia tan propia de quien no tiene un puto argumento con el que defender su posición: insultar, difamar, desacreditar pero nunca debatir. Mal asunto el de aquellos que no creen necesario el debate para defender su postura. Ante tanto ataque, Frank de la Jungla sale a la palestra y les dice a los animalistas: “Sois un movimiento de odio”. Se lo dice y se lo explica. Y hay un razonamiento que nos vuelve a poner en positivo: “Yendo a todos los sitios que estamos yendo, donde yo digo que soy antitaurino, que estoy en contra de cualquier espectáculo de animales, me están recibiendo con muchísimo más respeto, y con muchísima más educación, que todos los animalistas y veganos que hay por las redes sociales”.