El pasado domingo, 8 de abril, en la plaza de toros de Cieza, por tierras de Murcia, pudimos ver la gran dimensión artística de Rafael Rubio Rafaelillo, algo que nos quieren esconder por encima de todo puesto que, la sorpresa resultó mayúscula cuando, como pudimos ver, Rafaelillo sacó a relucir su vena artística y estuvo artista como el que más. Para nosotros, nada nuevo, por supuesto; pero para mucha gente toda una gran sorpresa en la que todavía se frotan las manos muchos de los aficionados que allí se congregaron.

Natural de Rafaelillo en Las Ventas de Madrid
Un torero con un gusto excepcional como demostró ante los toritos de Talavante; nada tuvo de gesta su actuación en Cieza, pero si por el contrario, como explico, aquellos toros le permitieron al diestro mostrar la faz que siempre han procurado esconderle y, forma de hacerlo, enfrentarle siempre a los toros terroríficos en que, eso de ponerse elegante para hacer el toreo es pura utopía. Quiero decir que, junto a las figuras, Rafaelillo sería uno más de ellos porque tiene tanto arte como el primero pero, repito, estorba entre el escalafón de los que mandan.
Es triste que Rafaelillo compartiera cartel con Talavante y Roca Rey; en realidad, en el momento era todo felicidad pero, la tristeza a la que aludo no es otra que ya no les verá nunca más en la temporada a los citados diestros. ¿Qué quiere esto decir? Lo ingrato de este mundo de los toros donde todo funciona bajo los aspectos meramente comerciales, justamente, los que manejan los que tienen el poder que, poco les importa si un torero es válido.
Dicen que a Rafaelillo lo apodera Simón Casas, al menos eso es lo que parece pero, ¿entiende alguien que un apoderado siendo empresario a su vez se deje fuera de sus plazas al poderdante? Valencia es el ejemplo de lo que digo. ¿Se puede comprender que, Rafaelillo, harto de triunfar en Murcia, su tierra, el empresario le ofrezca una puta limosna por jugarse la vida? No entendemos nada, pero absolutamente nada.

La épica de Rafael Rubio Rafaelillo
Ahora se rumorea que, para la feria septembrina de Murcia, al parecer, la empresa le quiere ofrecer a Rafaelillo que mate seis toros de Miura en dicha plaza, con la condición de que empresa y torero vayan al cincuenta por ciento; es decir, una vez pagados los gastos, lo que quede al cincuenta por cierto. ¿No será eso una invitación envenenada para el diestro? De mi parte, tengo mis dudas al respecto porque Murcia es una tierra torerista, mucho más que torista. ¿Qué pasará entonces? Ya lo veremos pero, barrunto que Ángel Bernal no quiere bien a Rafaelillo.
Sevilla, de igual modo ha prescindido de Rafaelillo; ni en la de Miura ha tenido opción. Es cierto que, para muchos, y Rafaelillo es un ejemplo de lo que digo, la cuesta se torna empinada. Dicen las lenguas de doble filo que, Simón Casas ya cuenta con Rafaelillo para la feria de Julio de Valencia con la corrida de Cuadri. No está nada mal; es decir, algo es algo. Pero en el caso de Simón Casas puesto que dice apoderar a Rafaelillo, por Dios, póngale usted con la de Garcigrande junto a Manzanares y Talavante, por citar dos figuras y si fracasa, a su casa. Pero no, ni si quiera hay esa opción que sería determinante.
Por estas estúpidas razones se han perdido muchos toreros, sencillamente, por falta de oportunidades. Eso de tener un apoderado de lujo, es decir, el hombre que manda en el toreo del mundo, Simón Casas, y que no le de festejos a su poderdante, eso chorrea sangre a borbotones.
Fotos; Muriel Feiner