Cuando Dios da hasta los costales presta. Y al Pana, Dios le dio en la plaza México. Fue el 7 de enero de 2007 cuando el singular diestro estaba anunciado para su despedida.
Han transcurrido 11 años y continúa vigente aquella tarde apoteósica, en las redes sociales con frecuencia se reproducen las faenas de Rey Mago, Conquistador y el singular brindis del tlaxcalteca a las buñis.
Así recibió a los medios de comunicación para la corrida del 7 de enero
Aproximadamente a las 3:30 de la tarde de aquel domingo, parecía que estábamos situados en el siglo XIX porque un individuo se trasladaba a la plaza en una calesa tirada por un caballo en pleno eje vial de la ciudad de México. Los taurinos sabían que se trataba de El Pana; los que no, se preguntaban incrédulos: ¿y ese hombre?, ¿quién es?, ¿qué hace?, ¿a dónde va?
El Pana, en 30 minutos, dio más difusión a la fiesta de los toros, que toda una campaña publicitaria.
Cerca de la plaza la gente lo vitoreaba cuando lo vio llegar en esa forma, la última vez que había sucedido lo de la calesa, fue 29 años antes, precisamente el mismo Pana el día que tomó la alternativa.
Al Pana le habían prometido la despedida en 2003 y no le cumplieron. Pero Dios le tenía la fecha exacta. El Pana rezó para que le tocara un toro bueno, Dios le dio a manos llenas, le tocaron los mejores de la tarde, fueron de la ganadería de Garfias.
Le hizo una gran faena a Rey Mago, destacando aquel trincherazo monumental, maravilloso. Le cortó una oreja.
A las 5:34 de la tarde, se anunciaba en un pizarrón el toro de la despedida: Conquistador, marcado con el número 49, un cárdeno bragado; no pasa nada con el capote pero Rodolfo está sensacional con las banderillas.
Brinda por segunda vez al público, luego se dirige va a la zona de tablas y ante micrófonos de radio y televisión le brinda a las damas meretrices, suripantas, a las buñis, a las mujeres de tacón dorado y pico colorado, hasta 11 o 12 sinónimos utilizó.
El cartel de aquel domingo de resurrección.
El brindis se hizo viral, dio la vuelta al mundo en internet.
A las 6:04 de la tarde, doblaba Conquistador, habían transcurrido 18 minutos desde el inicio de la faena y el juez, acertadamente, no le sonó el aviso. Se conceden las dos orejas, la gente las avaló ovacionando con mucha fuerza.
En total dio ocho vueltas al ruedo.
La tarde resultó ser la tarde de El Pana.
Conmovió, emociono hasta las lágrimas con su toreo de hondura, de sentimiento; la inspiración, la brujería, el duende, todo le llegó y dio la mejor tarde de su vida: El toreo de capa y de muleta, fue sublime. Tanto que ahora la plaza de toros de Apizaco lleva el nombre de uno de sus hijos predilectos: Monumental Rodolfo Rodríguez El Pana
Los medios de comunicación se llenaron con el torero, inclusive aquellos ajenos a la fiesta de los toros querían saber quién diablos era El Pana y por qué había revolucionado el país. Se habló de toros como nunca. Hasta el Presidente de la República le llamó aquel día para felicitarlo por su actuación.
Es sabido que El Pana no se fue, al contrario. Aquella tarde de despedida resultó ser su domingo de resurrección.
A 11 años de distancia, El Pana está más vivo que nunca.