|
|
Antolín Castro |
|
|
España |
[
08/01/2018 ] |
|
Cuando escribo estas líneas todo el mundo, cristiano o no, sabe que ya pasaron los Reyes Magos. Esa magia que supone el paso de los Magos de Oriente. Al igual que el espíritu de la Navidad, la magia de los Reyes debería permanecer durante todo el año. En el mundo taurino nos hace mucha falta mantener la ilusión y la esperanza.
 La terna, las ternas, tienen responsabilidad con la autenticidad Además, por si fuera poco, el mundo del toreo le es muy cercano al mundo de la magia. Las formas, la capacidad de sorprender, el sacar rédito de un instante, son cosas que comparten el toreo y la magia. Al arte de torear suele comparársele con la magia por todo ese halo que desprende y transmite.
Pero, al contrario que el mundo de la magia convencional, no ha de basarse en un truco, en una mentira. Todo lo contrario, ha de sostenerse a través de la verdad, y eso solo lo proporciona el toro. Ese es el gran secreto que sostiene el mundo del toreo, el toro. Sin él todo guarda mucha más similitud con los magos que actúan en los teatros. Una tarea muy bien ensayada con la ayuda de un partenaire.
Los Reyes Magos dejaron aquello que pidieron nuestros niños, también los mayores. ¿Serían capaces de dejarnos lo que les pedimos en la Tauromaquia?
No debería ser difícil, dado que lo normal es que esos tres reyes magos, a los que nos encomendamos, son una terna igual que las que hacen el paseíllo cada tarde que acudimos a los toros. Sobre sus hombros recae la responsabilidad de dar satisfacción a la ilusión que cada uno ponemos cuando acudimos a verles.
Y no importa que nos den resultados diferentes -oro, incienso y mirra-, valor, arte y entrega son los valores que les pedimos a ellos. Eso sí, como decíamos, con el toro en plenitud. Así todo podrá ser incontestable y trascendente.
Leíamos que el maestro de Chiva, Enrique Ponce, hacía unas declaraciones en las que indicaba que ‘ser figura del toreo es hacer temporadas completas, desde Castellón a Zaragoza’. No le falta razón a esa afirmación, si bien debería ir acompañada con el compromiso de enfrentarse al toro en su integridad y a todos los encastes. Eso sí que reforzaría el llamarse figura del toreo. Lo otro, en sí mismo, no es más que decir que actuará en todos los teatros como un mago cualquiera, basándose, u ofreciendo, solo sus trucos bien elaborados.
Por eso, el deseo y la petición que les hacemos a esas ternas, que como tres reyes hacen los paseíllos, es que dejen de ser magos de salón para convertirse y ser toreros de verdad, ante toros de igual denominación. La ilusión de los aficionados por esos reyes duraría todo el año.
|
|
|
|
|
 |
haznos
tu página de inicio |
|
|
 |
|
 |
|
|
|
Op.
/ Castro |
Editorial del Mes |
Op.
/ Plá |
EL FINAL DE UNA ETAPA |
LLEGAMOS A DONDE QUISIMOS. PUNTO Y SEGUIDO |
ETERNAMENTE… GRACIAS |
|
|
|
|
|
Mano
a mano |
Div.
Opiniones |
Reportajes |
D. MÁXIMO GARCÍA PADRÓS: El Ángel de la ... |
¿QUÉ HA SIDO LO MEJOR DE LA TEMPORADA 2018? |
LA FERIA QUE LO CAMBIA TODO |
|
|
|
|
|
Op. / Ecuador |
Op. / España |
Op. / Venezuela |
TOROS EN QUITO: DE MAL EN PEOR |
UNA ETAPA MÁS |
NO VALE RENDIRSE |
|
 |
TODAS LAS NOTICIAS DE CADA PAÍS |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|