De todos es sabido que, el gobierno de la Generalitat Valenciana, hace unos años decidió cerrar aquel monstruo de mil cabezas llamado Canal 9, el ente televisivo que creó el partido Socialista estando al mando del mismo un tal Joan Lerma que, como es archisabido, Lerma consiguió, bajo su mandato que un canal autonómico tuviera más empleados que tres canales privados de televisión en España juntos. Año tras año, el despilfarro que en dicho ente había provocó que, Alberto Fabra, en un gesto que le honró, cerrara dicho canal que albergaba a profesionales, amiguetes, conocidos, parientes y, sin duda, todos los afines al partido en el poder.
Muy dura debió ser la decisión que tomara Alberto Fabra para cerrar Canal 9 porque, como sabemos, tras dicho cierre, en el camino quedaron cientos de "cadáveres" de personas que, ante todo habían opositado para acceder a dicho canal y, como empleados del mismo, todos suscribieron hipotecas de todo tipo por aquello de tener un trabajo "seguro". Muchos lo perdieron todo al no poder atender la hipoteca que habían contraído; algunos, hasta involucraron a sus padres arruinándoles en el envite; varios de ellos se suicidaron al verse en la ruina. En definitiva, por la "gracia" de unos desaprensivos, como siempre sucede, lo pagaron los miles de inocentes que, con buena voluntad, creyendo que tenían un trabajo seguro se hipotecaron hasta los ojos, algo que todos hemos hecho alguna vez en la vida.
Ha quedado claro que, las "bromas" de algunos políticos pueden llevar a la hecatombe a personas de buena voluntad por aquello de opositar a un trabajo creyendo que, con el mismo podrían acceder a todo aquello que nos da derecho el sagrado trabajo. Algunos miles de valencianos se acordarán de todos los muertos de aquellos que les llevaron a la ruina. ¡Vamos, como para apuntarse ahora a la nueva televisión!
Entre unos y otros, por mala dirección, lograron que Canal 9 fracasase y entrara en la quiebra más absoluta. No quedaba otra alternativa que cerrar aquel antro de amiguetes en el que todos vivían a cuerpo de rey. Criticaremos su nefasta gestión, pero nadie podrá decir que fueron no imparciales; es decir, Canal 9 estaba allí donde se producía la noticia, se atendía a todos los festejos populares de todos los pueblos de la Comunidad y, por supuesto, como cosa lógica, hasta había un apartado para los toros que, como se sabe, formaban parte de la idiosincrasia de nuestra tierra valenciana.

Imagen como la que mostramos no la veremos jamás en la TV valenciana
Ahora, como sabemos, el Gobierno de la Generalitat en manos de no se sabe quién, figura Ximo Puig pero manda el diablo. Decía que, dicho gobierno va a reinaugurar otro canal de TV para la Comunidad y, de repente, cuando ya todos nos creíamos felices, anuncian que dicho canal obviará a los toros en sus distintas modalidades; es decir, res de res como diría un valenciano. Una vez más, un gobierno sectario, como todos los gobiernos encabezados por radicales, ellos no saben de pluralidad, no respetan a nadie y solo saben que ejercer su dictadura particular por aquello de haber obtenido “tres docenas” de votos y, en un tripartito con gentes afines a sus malas ideas, logran gobernar una comunidad. Tengo la sensación de que todas estas gentecillas que nos gobiernan parece que vienen todos aleccionados por Nicolás Maduro, el mayor farsante de la historia disfrazando una dictadura para hacerle creer a su pueblo que viven en democracia; aquí sucede lo mismo.
Dicen que, al frente de dicha televisión estará una tal Empar Marco -¿Empar querrá decir Amparo?- que viene de TV3, es decir, era la corresponsal para dicha televisión de cuanto sucediera en Valencia. O sea que, llega aleccionada la señora. Que no nos pase nada a los valencianos. Y justo ha sido esta señora la que ha dicho que no habrá el más mínimo espacio para los toros en “su” televisión. No me extraña nada por mucho que me duela pero, en manos de gentes arbitrarias, sectarias y sin ningún sentido de la responsabilidad y la ética, todo lo que nos pase será poco. La señora aludida, por supuesto que llevará el carnet de radical en la boca, sin duda, su mérito más importante para acceder a dicho cargo.
Es triste, muchísimo, que cientos de miles de valencianos nos sintamos ninguneados por una señora arbitraria; más que por una señora, por unos insensatos que dirigen una comunidad por aquello de que para ser político no hace falta requisito alguno; convengamos que, para ser bausero hay que opositar, por citar un trabajo, pero para ser político con ser malvado, nefasto y de la izquierda más radical, con ello basta y sobra que estar al mando de un gobierno. Vamos, que baje Dios y lo veo. Parece increíble pero es muy cierto.
Casi diez mil festejos taurinos se dan cita en la Comunidad Valenciana en sus tres provincias; cientos de miles de aficionados vitorean dichos festejos, todo ello, con el aditamento que conlleva todos los permisos que se reportan para dichos festejos, los impuestos que se pagan, los beneficios que generan dichos festejos en cada pueblo o ciudad y, como decía, no somos nadie de cara a los cafres que dicen gobernarnos.
Esto que sufrimos no es una afrenta propiamente dicha, es una canallada en toda regla auspiciada por unos descerebrados que no entienden de nada, pero mucho menos, de la sensibilidad de un pueblo porque, seguro estoy que, muchos votantes de izquierdas son afines a los toros. Lo lamento, amigos, nos joderemos todos juntos. Eso sí, seguid votándoles que tenéis mucho futuro.
Ya, casi cuatro años sin que los políticos radicales de izquierdas que dicen gobernar nuestra comunidad, estar sin una televisión, imagino que deberían de estar al borde de la locura; mucho tiempo sin tener un “púlpito” donde dirigirse a sus acólitos para seguir fomentado el amiguismo, la malas formas, la mala educación al estilo de Cataluña que, por cierto, la señora Empar debe de saber mucho de todo eso.
Eso sí, un consejo le doy a todos los que quieran trabajar en dicha televisión; hay que tener en cuenta tres requisitos que se les pedirá a todo el mundo; tener perro, ser de Podemos y declararse maricón. Con dichos requisitos tienes el puesto asegurado y si para colmo, como añadidura, dices odiar a la fiesta de los toros, acabas en director general en menos que canta un gallo. Lo dicho.
¿En qué manos estamos? Justamente en las mismas que en el año 1934 y, dos años más tarde, ya sabemos todos lo que pasó. Por todo lo vivido yo creía que la sociedad española se había vuelto más civilizada pero, las pruebas me dicen lo contrario.
Pobres de nosotros, los que del respeto hicimos una norma, de la educación un modo de vida y del amor hacia nuestros semejantes una bendita causa que nos permitió vivir casi cincuenta años en paz y libertad. O sea que, los aficionados a los toros seguimos siendo unos apestados, al menos, así nos reconocen los dictadores de mierda que han llegado al poder.
Recordemos que los toros son una fuente de cultura, cultivada y ponderada desde todas las artes y, de repente, somos la escoria de la sociedad. Dios quiera que el libertinaje que ejercen los desaprensivos de turno, un día, la libertad sea la que los aplaste y sepulte para siempre.