Se aproxima el día del referéndum previsto para que en España se pronuncie la ciudadanía. Uno no ve que exista entusiasmo alguno para el evento y es que nada ni nadie nos obligaba ni a hacerlo, ni a que fuera tan temprano la consulta. Nuestro presidente, el Sr. Rodríguez Zapatero, con ánimo de ser "Billy el rápido", pretende que los españoles le firmemos la foto en Europa. Ni una cosa ni otra son necesarias. Primero, por que es solo consultivo y ha de servir para que demos “un aplauso” a la firma que él meses atrás hizo en Roma y, segundo, nadie exige que seamos los primeros en dar la cara, cuando quienes de verdad lo han hecho a su modo y manera son Alemania, y principalmente Francia.
¿Qué pasaría si en esas naciones después sus ciudadanos lo rechazaran mayoritariamente?. ¿Qué pasaría?. ¿Tendría más fuerza lo que hubiéramos dicho nosotros o nos dejarían con “el culo al aire” a nosotros y a nuestro amable presidente?. Alguien cree que si Chirac necesitara electoralmente dar marcha atrás, no la daría importándole un pimiento lo que hubieran dicho otras naciones?. La historia está llena de estas situaciones: lo que a Francia interesa, lo impone al mundo; lo que no les interesa, también trata de imponerlo. Aquí no vamos a hacer un repaso a la historia, pero esa es la realidad.
Ya exprese mi voluntad al NO, en un artículo en el que censuraba que nos pudiéramos avergonzar de nuestras raíces cristianas. Ya puse de manifiesto que ello se debía a que intereses políticos impiden ver con realismo y sin sectarismos de dónde venimos. Incluso llegue a decir que si el partido socialista se siente orgulloso de Pablo Iglesias, cómo no se deben de sentir orgullosos los cristianos de la Iglesia que Cristo fundó. Con más motivo, y por muchísimas más razones, Cristo es algo más que Pablo Iglesias. Pues no, erre que erre, cada cuál arrima el ascua a una sardina, olvidando de dónde sale Europa y lo que ha supuesto el apellido cristiano en la misma.
Han pasado tres meses desde ese escrito y no me han hecho cambiar de opinión. Otras razones me obligan a ello. Una campaña de desprestigio de la propia democracia en sí, que consagra que el ciudadano pueda optar libremente por lo que quiera, ¿o es que eso solo estaba consagrado para cuando había que quitar al PP?. Siguen amenazando con no se cuantas catástrofes si nos oponemos a esa llamada constitución que no lo es, pues solo de un tratado se trata. Otra sería la cantidad de veces que de forma recurrente se insiste en que decir sí es lo mejor para no depender de EE.UU. (Pues quieren que les diga una cosa: como editor de Opiniónytoros.com no me interesa esa no dependencia, pues de EE.UU. tenemos más lectores en la web que del resto de todos los países europeos juntos. Así que, a mí también se me permitirá defender mis intereses, diremos que NO para, según ellos, seguir dependiendo del coloso americano que proporciona más visitas a mi web).
Existen otras muchas razones. Entre ellas, que esa “Constitución” que es un tratado, aprueba las guerras preventivas y anima al mayor gasto en defensa (Artículo 1-41) además de seguir perteneciendo a la OTAN donde todos sabemos que mandan los EE.UU. Concluyendo, que este artículo no lo ha leído nadie por televisión, cuando a mí ya me tenían convencido desde el “No a la guerra preventiva de Bush”. Todo esto me suena a otro referéndum anterior que también promovió el PSOE, donde había que decir lo contrario de lo que se había dicho. Luego estamos donde siempre: hablo de una manera para un determinado interés y lo contrario para otro interés diferente. Por todo esto, otra vez NO.
Más claro lo tengo con el agravio comparativo a la Constitución Española, la pobrecita. Para qué me voy a preocupar de una más lejana si tengo a la propia hecha unos zorros. ¿Qué razón existe para que la propia pueda sufrir ataques desde todos lados sin que el gobierno y su presidente se empeñen mucho, mas bien lo contrario, en defenderla a ultranza de tanto ultraje y tanto manoseo?. Tal y como están las cosas ¿cómo es posible defender un texto que ni se sabe para qué sirve, si al que ha demostrado que sirve, sí quieren aplicarle modificaciones?. Un galimatías que no permite entender a quienes nos dirigen. Por tanto, en prevención de cacicadas y también exigiendo prioridades, tengo que decir que habiendo una constitución que me preocupa, la nuestra, no muevo un dedo a favor de otra mientras esta no la tenga clara. Por tanto, NO en el referéndum.
Por si todo lo expuesto fuera poco, que no lo es, acudo en defensa de mis derechos como votante individual en una democracia. O lo que es lo mismo, el derecho a votar lo que me de la gana sin que por ello tenga que ser tachado de nada. Por ejercer ese derecho se me debe llamar demócrata y no otra cosa. Tan demócrata como aquel que quiera votar que sí o más, pues mientras yo he razonado mi voto, otros ya han dicho que habrá que dar el sí porque lo dicen los que “saben” (Los del Río por ejemplo). También porque quiero votar lo que juzgo conveniente, no lo que me digan partido político alguno. El domingo diré que NO y todos cuantos me lean sabrán la razón. ¡Ah! se me olvidaba, no hace falta que venga nadie a hacerme una foto.
